Mujer De Ameghino

Un inventario enloquecido de Buenos Aires, el autor José Guillermo Ánjel no pudo describir mejor en una sola frase su libro “La mujer de Ameghino”. Esta novela narra la búsqueda de una mujer amante, una mujer esposa, una mujer aventurera, una amiga, una alcohólica, una mujer fantasma y sin duda una mujer de Buenos Aires.
Celia- no Nélida se movía por la plaza Francia humedeciendo los pies en lahierba fresca de la noche mientras se encontraba con su amante primo, Ambrozzi o donde luego de pasar por su bar preferido situado en ese mismo barrio, la Recoleta, llegaba la mujer de Ameghino, la mujer ebria imaginándose que era una mujer piloto, movía los brazos y daba vueltas por la plaza con el pelo suelto y la bufanda caída sobre los hombros y los senos, ante este escándalo las personas quefrecuentaban el lugar no se quedaban calladas, “¡sos una puta!” le gritaba alguno, inclusive hubo quien abriera un paraguas para detenerla.
Sin duda alguna, según esta novela los argentinos hacen parte de sus ciudades, las conocen y crean una identidad a partir de ella. Los lugares y plazas se convierten en temas de conversación:
“se divertía con él oyéndole las explicaciones inverosímiles sobrelas cosas. – Papá, el ombú de la plaza Francia es el árbol más grande de Buenos Aires, ¿es cierto eso? –no es un árbol, Andrés, es una nube verde aposentada en la plaza para subir al cielo cuando vos quieras”
La manera en que se adueñan del conocimiento y recorridos de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, depende de la estación del año por la que estén pasando.
Avenida Juramento “Graciela sepuso encima el otoño tibio que se pintaba de árboles iluminados y de una brisa fresca que movía en el piso un sinfín de hojas mordidas por las hormigas. Y sintiendo las hormigas, la mujer de Ameghino iba mordida como una hoja de otoño, casi invisible por los senderos rojizos”
Según las rutas que iba creando la esposa de Ameghino, se puede inferir que esta ciudad es de paradas y recesos, detrayectos que se crean por lo general de manera solitaria, donde sentarse a mirar a las personas es un hábito más de los habitantes.
“la mujer de Ameghino esperaba a sus queridos, sentada en una banca que hacía ángulo con la calle Juramento y la estación del tren. Desde allí veía caminar a la gente y, detrás de ella, a los amantes que se inventaba”.

Buenos Aires además de ser una provincia de bares yplazas también está ambientada por librerías y colegios, por Ayacucho “hacia el interior de la librería a las colegialas que a esas horas pasaban por la calle Ayacucho. Una de ellas, siempre había una, buscaba al jugador dientón de ajedrez para dejarle una risa pícara en la cara, deseo único que él guardaba como un tesoro”
A pesar de la magnitud que tiene la capital federal de Argentina, aúncuando hablaba alguien por las calles era posible encontrar un tema en común y hasta darse cuenta de algo que te permea, eso sucedía en la calle Santa Fe donde “mencionaron a la mujer de Ameghino. Alguien habló de animales mutantes y ella cobró forma borrosa en esa conversación furtiva que más parecía la palabrería rememorativa de una pasión insana que los que hablaban habían mantenido escondida ytraicionada… la frase llegó hasta Furnatti que iba al paradero de autobuses… oyó la mención del nombre de ella y desde entonces Furnatti decidió buscarla ansiosamente”.
La calle Santa Fe era de comercio: “ella era princesa y sierva, caballero y dragón, fraile y bufón. Se perdía en cualquier época, por eso era tan difícil dar con ella, con su cuerpo delgado, con su boca todavía fresca, con sus zapatosfinos de almacén de la calle Santa Fe”.
Mientras sacaban deducciones sobre el lugar de donde provenía esta mujer, a través de algunos fragmentos de la novela, describían barrios y hasta las personas que vivían en ellos que según Memo Ánjel tenían unas características específicas, por ejemplo en el barrio Flores se puede deducir que en su mayoría los habitantes de esta zona eran judíos: “no está...