Mujer y trabajo : calidad de empleo y calidad de vida laboral

Material de apoyo bibliográfico preparado por Profesora Rita Coya Costa y
extraído de Monografía de Loreto Esquivel Arévalo (Psicología, UCEN)

INTRODUCCIÓN

En Chile durante las últimas décadas la participación de la mujer en el mercado del trabajo ha mostrado un aumento sostenido (el 36,3% de la población femenina trabaja) sin embargo, es aún más baja que en el resto de AméricaLatina (PNUD 2004). El empleo femenino se caracteriza por la segregación ocupacional por sexo y la subvaloración del trabajo de este género, además de bajas remuneraciones, inestabilidad laboral, desprotección social, baja participación en capacitación laboral y poca flexibilidad para compatibilizar el trabajo con el cuidado de los hijos.
Estas características del empleo femenino influyendirectamente en la calidad de vida laboral que tienen las mujeres, es decir, en la percepción que tienen ellas acerca de su vida, en la sensación de sentirse realizadas con sus expectativas y proyectos, en la capacidad de satisfacer necesidades personales mediante experiencias dentro de la empresa, etc.
Diversos estudios dejan al descubierto que la situación laboral de las mujeres en Chile es deinferior calidad respecto de la de los hombres. Esto se explica por el modelo cultural imperante en América Latina de hombre proveedor/ mujer cuidadora, entendiendo que el cuidado implica a niños, ancianos y enfermos. Este modelo plantea que las remuneraciones masculinas son suficientes para asegurar la supervivencia de la familia y que la protección social de las mujeres depende del hombre.Las actividades laborales femeninas tienen un escaso prestigio social desde la mirada de este modelo, lo que fomenta la división sexual del trabajo, que somete a las mujeres a la autoridad masculina y las restringe a las labores del hogar.
El rol de proveedor en los hombres y el hecho de contar con un trabajo remunerado es un aspecto fundamental en la definición de su identidad. Sucondición de proveedor define la posición de autoridad que tiene en la familia. Esta orientación de los hombres hacia el trabajo remunerado y de las mujeres hacia el cuidado del hogar nace al interior de la familia de origen, en la cual las oportunidades de acceder a educación están dirigidas a los varones (Guzmán y Mauro, 2004 a).
Bajo esta mirada el hombre proveedor ve el ingreso de la mujeral trabajo como una amenaza al cumplimento de las tareas del hogar y de los hijos, así como también ven peligrar el rol de autoridad y poder que cumplen dentro de la familia (Guzmán y Mauro, 2004 a).
A pesar de la predominancia de este modelo en nuestra sociedad, Commaille (1993, citado en Todaro y Yañez, 2004), plantea que diversas investigaciones han debelado que la función exclusiva delas mujeres como esposas, madres y dueñas de casa ya no es tan valorada como antes, y se les exige una mayor colaboración en la manutención del hogar.
Entre los cambios socioculturales más importantes que fomentan la diferenciación de las formas de empleo, destacan las modificaciones en las relaciones de género asociadas a un aumento en la participación de las mujeres en el trabajoremunerado. Estos procesos han generado nuevas dinámicas en el empleo y en las relaciones laborales y ejercen tensiones sobre la normativa e institucionalidad laboral que sustentan la relación laboral normal masculina (Yañez, 2004 a).
“La diversificación y la pluralización de las formas de empleo responden a modificaciones tanto en la demanda como en la oferta de fuerza de trabajo femenina ymasculina, determinadas ambas –demanda y oferta– por los desarrollos tecnológicos y organizacionales, por un lado, y socioculturales, por otro” (Yañez, 2004 a, p.51).
Con respecto a lo anterior, se destaca que las mujeres asocian la posibilidad de ingresar al mundo laboral con la valoración y el reconocimiento, con el logro de autonomía e independencia, para ellas el trabajo es fuente de...