Mujer

Mi mujer es la ternura desatada. Frecuenta el beso que no olvida y el dominio de la mirada que me ordena detener mi paso vagabundo, mi transcurrir legendario por los sietes bares, mi devoción por elirresistible canto de las sirenas, para ser la bendita rehén de su piel y sus caprichos de hembra que se sabe bella, hechicera y exacta. Ella es la que me gusta tan parecida a un amanecer sencillo, ala esperanza de la juventud eterna y a la alegría de saberme viva y coincidir en este universo y este tiempo de locos con sus virtudes rosas y su calidad de bálsamo para mis torpes exigencias demujer. Me vuelvo cursi, entonces, glotona de sus labios, fanática de sus pies, cartógrafa de sus encantos, pecadora de sus misterios, adoradora de su risa, exigente de sus abrazos, ávida de encerrarla enmi jaula de ilusiones, terca de quererla como nunca y como a nadie, voraz de su voz de poesía, náufraga de su aroma, afanosa eterna de su presencia y famélica hasta lo indecible de la distancia que hayente uno y otro de sus besos. Se instala cual fuerza vertiginosa en mi vida. Es la prioridad en mi pasión desbordada. El conjuro que abre las puertas de mi noción de paraíso. El porvenir de mis manosdedicadas a recorrerla. El cielo que por fin escucha y atiende mis plegarias de no dichosa e insatisfecha. Es la perdición nocturna. El viaje a los confines del mundo. Intensa, amorosa, hermosa,sabrosa, luminosa, eso es. Mi mujer. Mi carpe diem y mi carpe noctem. Mi alegría de loca enamorada, de bendita por juntar mi frente con la suya, de afortunada por saber de su alma y de sus mimos. A elladedico mis canciones, los restos de mi esperanza y la enjundia a lo largo de la ingrata vida. Es imbatible. Imperial. Irresistible. Me ha hecho perder el rumbo de mis cinismos y mis villanías, porqueen mi navegar insensato, carnavalesco y nocturno. Todos los faros apuntan ahora a la odisea de sus tormentas y de sus tranquilas humedades, a sus caprichos de niña y a sus órdenes terminantes de su...