Mujeres Escritoras
Lo primero, una obviedad: como la historia social, la historia de la literatura ha sido escrita por hombres, y estos se han mostrado muy cicateros a la hora de reconocerles méritos a las escritoras. Y otra obviedad, si la liberación de la mujer del yugo masculino se cifra en el comienzo de la llamada Modernidad (siglo XIX) con el Romanticismo, la nómina de escritorasanteriores será más bien escasa; no obstante intentaremos una reflexión sobre la escritora antes de su normalización (rescatando algunos nombres), y por supuesto en el último siglo casi en igualdad de oportunidades con los hombres (y la calidad de las autoras seleccionadas es elocuente)
Salvo el islote magnífico de la poeta Safo, apenas conocemos escritoras en época clásica grecolatina y mucho menosen los “siglos oscuros de la Edad Media” tan dada a guerreros y clerecía. En el origen de la lírica más intimista, nos encontramos con poemas puestos en boca de mujer que de manera delicada (y bellísima) se quejan de “mal de amores”, del marido o amante ausentes. Pero ni una sola mujer firma los primeros poemas con autoría.
Tienen que pasar varios siglos hasta llegar al Barroco, época convulsaque se asemeja –en mucho- al Romanticismo. Y así surge una poeta Sor Juana Inés de la Cruz (Méjico 1651-1695)que conviene analizar no sólo por la calidad de su obra, sino por lo que representa. El poeta mejicano Octavio Paz escribió un magnifico ensayo ( “Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe”) y el título ya deja entrever que una de las escasas posibilidades que tenía una mujer paradesarrollar la escritura era tomar los hábitos, ampararse en la vida de convento.
No debemos olvidar a la española (Avila) Santa teresa de Jesús (1515-1582) que desde su misticismo radical (consideradi herético por muchos religiosos) dota de un sorprendente erotismo su acercamiento y unión con Dios
Por seguir con monjas problemáticas En 1669 aparecía en París un pequeño volumen tituladoCartas portuguesas que contenía las cinco misivas que Mariana Alcoforado, monja portuguesa del convento de Beja, en el Alentejo, había escrito al conde Chamilly, capitán de la caballería francesa que había participado en el asedio de Ferreira. La historia que había unido a ambos personajes nada tiene de particular: Mariana había sido seducida por el conde y éste, olvidadizo, había partido para Franciadando por terminada su aventura. Sin embargo, estas cartas pasaron a la historia como una de las más rotundas expresiones del amor femenino: la monja portuguesa, abnegadamente enamorada, escribía desde su celda dando rienda suelta a su pasión ensimismada, a sus quejas y desvaríos, y dejando un testimonio imperecedero -sea o no real su autoría-, un auténtico breviaro de amor.
Pero es en elsiglo XIX, como ya se dijo, (arranque de lo que se denomina Modernidad) con las revoluciones sociales de todo tipo, y los movimientos estéticos del Romanticismo y Realismo, cuando las escritoras se tutean con sus coetáneos hombres y en ocasiones con resultados superiores. Sobre todo en Inglaterra con autoras como Jane Austen (Orgullo y prejuicio), las hermanas Bronté (Cumbres borrascosas 1847) o MaryShelley.
Mary Shelley creó un mito universal Frankenstein (1818) una noche que se encontraba con Lord Byron , su marido P. B. Shelley y Polidori. Byron les retó a ver quién escribía la historia más terrorífica. Los demás publicaron sus relatos, pero quedó para la historia ese monumento gótico al ser deforme que viene de entre los muertos y desafía a los mismos dioses.
En España tambiéntenemos casos muy valiosos como las gallegas
Rosalía de castro (romántica) y la realista Emilia Pardo Bazán, Por cierto, la realista Cecilia Bohl de Faber firmaba Fernan Caballero; el seudónimo en las mujeres era habitual para evitar los prejuicios de los hombres
El siglo XX se abre con escritoras interesantísimas, caso de la neoyorquina
Edith Wharton y su novela La edad de la inocencia (1920)....
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