Mundial del '78
Por: Emma Donada edonada@infobae.com"No al fútbol en medio de los campos de concentración", decía François Gèze en 1978, en ocasión del Mundial de Fútbol organizado por Argentina. El activista contó a Infobae cómo fue lacampaña que se organizó en protesta contra la dictadura militar
"Mostramos al mundo, cómo somos los argentinos", decía una publicidad del gobierno militar para el Mundial de Fútbol en 1978. En Europa, no se esperó a la Junta de Videla ni a su propaganda para averiguar y formarse opinión sobre la situación que se vivía en la Argentina
La HistoriaHacía 2 años que François Gèze, un joven ingenierofrancés, había regresado de Argentina donde había vivido un tiempo, cuando, a fines de 1977 se reúne en París con sus compañeros del Comité de Apoyo a las Luchas del Pueblo Argentino (CALPA) para ver " qué se podía hacer en esa oportunidad". Faltaban pocos meses para el Mundial de Fútbol de 1978, del cual la Argentina era sede.
El mismo año, se ponen en contacto con el grupo de izquierdaindependiente Quel Corps? -¿Cuál cuerpo?- muy crítico del uso capitalista y masificado del deporte.
De este encuentro nace el COBA (Comité de Boicot al Mundial de Fútbol en Argentina) "con la idea muy simple de que no se puede jugar al fútbol cerca de los campos de concentración",contó Gèze a Infobae.
En ese entonces, si bien la opinión pública en Europa se movilizaba desde 1973 en solidaridad conChile, ignoraba mayormente la situación argentina.
"La caida de Salvador Allende y la recepción de refugiados chilenos había generado una alta sensibilización en la esfera pública europea", escribió Marina Franco en el artículo Derechos humanos, política y fútbol (Entrepasados, 2005)
En cambio, los exiliados argentinos llegaban en forma más gradual y hacía tan sólo dos años que se intensificaban lospedidos de asilo a países como Francia u Holanda, donde el boicot fue más fuerte.
A eso se agregó también el hecho de que, al contrario de Chile, el gobierno destituido no era socialista como el de Allende, y el Partido Comunista, por razones de alianza económica de la Unión Soviética con la dictadura argentina, negaba el carácter dictatorial de la junta militar. Ello a pesar de una política localrepresiva que se decía anticomunista.
Además, viendo el descrédito y aislamiento del gobierno de Pinochet por no esconder la represión,Videla había procedido de forma mucho más "discreta". Todo ello impidió, en un primer tiempo, una condena masiva en Europa contra las violaciones a los derechos humanos en Argentina, como sí pasaba en el caso chileno.
No obstante, François Gèze asegura que, en1978, el nivel de información sobre el terrorismo de Estado era "bastante bueno". Los militantes exiliados, los familiares, abogados y activistas de los derechos humanos, como Gustavo Roca por ejemplo, aseguraban la comunicación entre ambos continentes; sólo faltaba un medio para que se difundiera en el gran público, tanto en Argentina como en el exterior, subraya.
"Decidimos armar una campaña paradecir que Francia no tenía que ir a Buenos Aires para el Mundial", continua Gèze. El comité sumaba unas 40 personas que vinieron todas de forma independiente. Pronto, se crearon 200 comités más en toda Francia.
La campaña de boicot -"sin celular, ni internet" en aquella época- se extendió en los medios y a través de carteles, boletines, grabaciones musicales y documentos fílmicos. Personalidadesdel ámbito de la cultura, como Yves Montand, apoyaron la movida mientras que el mundo deportivo rechazó el boicot. "Muchos no querían saber nada", recuerda François Gèze.
L'Équipe, el diario especializado más leído de Francia, apoyó por "razones deportivas" la realización del Mundial.
En enero, el COBA publicó una parodia de ese diario llamada "L'Épique" que trataba con humor negro los...
Regístrate para leer el documento completo.