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La pelea se produjo ante la ausenciaabsoluta de Policía, ya que, en versión de esta, "se consideraba un evento privado del club". La falta del típico cordón policial que separa a ambas aficiones propició que los hinchas localesatacaran las posiciones de los visitantes, registrándose imágenes impactantes de puñetazos y patadas que han dado la vuelta al mundo.
Varios torcedores empezaron a caer por las tribunas ante los golpes deunos y otros. Algunos se ensañaron con dos del cuadro local que estaban caídos en el suelo, inconscientes y a merced de los golpes de sus adversarios. Una vergüenza absoluta que sonroja al país que enapenas seis meses albergará el Mundial.
De hecho, la ciudad donde se celebró el partido, Santa Catalina, está a escasos 100 kilómetros de una de las sedes oficiales del Mundial, Curitiba.Curiosamente es la ciudad-sede de España para el último partido ante Australia. Curitiba es la capital del estado de Paraná, donde se produjo la barbarie.
El choque era de vital importancia para ambosequipos, pues el Atlético Paranaense debía empatar, al menos, para lograr plaza en la Copa Libertadores, mientras que el histórico Vasco, uno de los cuatro grandes de Río, estaba jugándose nada más y nadamenos que el descenso.
El partido se jugó, tras esa hora de receso, de forma normal. Obviando, por ejemplo, que incluso un helicóptero sanitario tuvo que ingresar al campo para evacuar a los cuatroheridos más graves, dos hinchas locales y otros dos visitantes.
Los rumores empezaron a circular e incluso en algún momento llegaron noticias de un fallecido. Sin embargo, el responsable del...
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