Murales
ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA NO.4
VIDAL CASTAÑEDA & NÁJERA
UNIDAD 8.
México Contemporáneo. (1940época actual)
Murales de C.U
Zárate Márquez Stefanny 506
Los murales de la biblioteca central
En el año de 1948 el arquitecto y pintor Juan O'Gorman fue invitado para que proyectara, con
los arquitectos Gustavo Saavedra y Juan Martínez de Velasco, el edificio de la Biblioteca
Central, al que se había concedido una posición preponderante en el Plano de Conjunto de la
Ciudad Universitaria.
El programa constructivo se basa en estudios hechos por el Mtro. José Ma. Luján del
funcionamiento de las principales bibliotecas universitarias del mundo, y a partir de ello se
creó un edificio, dentro de las corrientes funcionalistas dominantes en esos años, destinado a
almacenar un millón de libros; en él destaca una serie de elementos distribuidos en dos
volúmenes: uno desarrollado en sentido horizontal, y el otro, superpuesto, en sentido vertical.
En determinados lugares los muros de piedra incluyen relieves del mismo material, con
motivos inspirados en la tradición del mundo prehispánico. Las fachadas del gran cubo que
forma el cuerpo vertical muestran en la base una franja de vidrieras y muros bajos que
corresponden al piso abierto, después se despliegan diez pisos, con las composiciones
pictóricas que hacen de este edificio la construcción emblemática de la Ciudad Universitaria,
ya que en él se lograron los mayores y mejores ejemplos de integración plástica.
Juan O'Gorman dejó el testimonio de su creación más importante, la Biblioteca Central de la
Ciudad Universitaria, estas son sus palabras: “Desde el principio, tuve la idea de hacer
mosaicos de piedras de colores en los muros ciegos de los acervos, con la técnica que ya
tenía bien experimentada. Con estos mosaicos la biblioteca sería diferente al resto de los
edificios de la Ciudad Universitaria, y con esto se le dio carácter mexicano.
Posteriormente, Carlos Lazo empezó a arrepentirse de haberse prometido hacer este
grandioso mosaico, pero a súplicas mías, me permitió que se hiciera un ensayo en la parte
baja de uno de los lados de los acervos para ver cómo resultaba visto sobre el edificio.
Finalmente aceptó la idea de hacer los mosaicos de piedra, siempre que el precio que yo
cobrara fuera extremadamente bajo, porque no se había previsto presupuesto especial para
este recubrimiento, que debería costar un poco más que con vitricota u otro tipo de material.
Ya sólo tenía entonces un problema, el de la localización de las piedras de colores.
Claro está que para hacer los mosaicos era necesario obtener piedras de todos los colores
posibles. Para ello emprendí viajes por toda la República Mexicana, después de haber
consultado el caso con un viejo ingeniero de minas, amigo de mi padre, quien me indicó los
lugares donde podría encontrarlas. Visité muchos minerales y canteras para recoger
muestras de cada uno de ellos, haciendo una colección integrada por aproximadamente 150
piedras de diferentes colores para seleccionar los que tuvieran mayor coloración posible.
Muro Norte: El pasado Prehispánico
El lado norte contiene la mayor cantidad de motivos ornamentales: próxima a la entrada de
usuarios, está una monumental fuente de piedra volcánica, con una estilizada representación
de Tláloc, el dios del agua de la cultura prehispánica. En el cuerpo del edificio, en los niveles
correspondientes a las áreas administrativas y de servicios, se observan tres franjas de
murales que ...
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