Museo didáctico

En búsqueda de un museo didáctico
Bettina T. Gómez Oliver

Conservar y no enseñar
Cuando se habla de museos se piensa inmediatamente en una institución respetable y prestigiada donde se guardan objetos sagrados y a la que asisten las personas de amplia cultura, o bien, los escolares enviados por sus maestros que tratan de que los estudiantes entren en contacto con las obras de arte ocon los objetos heredados por los antepasados.
Así, encontramos en el museo,especialistas o señoras de la alta aristocracia que, a falta de otra cosa mejor que hacer, recorren las salas buscando ser vistas por sus amistades que después comentarán que, la señora en cuestión, es una persona refinada, culta y de mucho gusto. Nos topamos, igualmente, con hileras de niños -en ocasiones muypequeños- que, guiados por sus maestras normalistas, visitan el museo sin que éste les despierte ninguna inquietud más que aquella de no asistir a clases y salir de la escuela toda la mañana.
Lo que es aún peor, nos encontramos con adolescentes enviados al museo sin ninguna orientación y que copian íntegramente las cédulas explicativas de cada objeto. Cédulas que no siempre resultan explicativas oque son tan extensas que el estudiante sólo copia automáticamente sin aprender de ellas absolutamente nada.
Esta realidad, que cualquier lector inquieto puede comprobar con sólo visitar el museo, nos habla de la carencia de un verdadero interés de crear un museo didáctico, por lo menos en nuestro país.

El museo ideal, como explica Aurora León[1], debe enfocarse a diversos objetivos ycubrirlos todos buscando una interrelación entre ellos. Esos objetivos serían la investigación, la conservación, la exhibición y la transmisión de conocimientos. Ahora bien, es evidente que este museo no existe en la realidad y que sólo se trata de una utopía pero ¿por qué se ha de sacrificar -en la mayoría de las ocasiones- el aspecto didáctico del museo? Probablemente esto se deba a una falta deconocimiento, por parte de los curadores y museógrafos, del valor que los objetos tienen como elementos didácticos.
No se trata de crear en el museo talleres infantiles de verano, como lo hace el Museo Nacional de Antropología o el Museo de las Culturas Populares, estos talleres, sin negarles su mérito y valor, son actividades extras del museo, los objetos son dejados en sus "altares" devidrio y los niños no tienen acceso a ellos.
La idea de un verdadero museo didáctico radicaría en que los mismos objetos que ahí se conservan, funcionaran como material didáctico que enseñara, no sólo a los niños y adolescentes, sino al pueblo en general, la historia patria, las corrientes artísticas, las diferencias culturales entre los pueblos o el proceso de cambio de los usos, costumbres ymentalidades.
Sin embargo, la pedagogía que manejan nuestros museos -si es que manejan alguna- es la que Jesús Galindo y Villa consideró, en 1915, como una "enseñanza objetiva"[2]. Es decir, la clásica idea educativa del positivismo porfirista en donde el objeto habla por sí mismo y su sóla visión ya resulta educativa e informativa. Rozando el siglo XXI esta idea resulta obsoleta y arcaica,no podemos seguir pensando que los objetos, por más valiosos que sean, tienen sentido para quien los ve y que basta anotar en la cédula que se trata del retrato del héroe o de la bala que mató al tirano. Esto no es educativo, sólo curioso.

El problema se acentúa cuando el museo exhibe objetos históricos y no artísticos, el arte es bello por sí mismo y no requiere grandes explicaciones niambientaciones para que pueda ser apreciado, aunque resultaría interesante introducir al visitante al mundo en el que la obra fue creada, al contexto que la produjo e, incluso, al mundo mental del autor. Pero aun cuando toda esta introducción esté ausente, el arte puede ser apreciado -aunque no siempre entendido- y disfrutado como algo bello. No sucede lo mismo con los objetos exhibidos en los...