MuseoTravestiPeru Campuzano
GIUSEPPE CAMPUZANO
1
Eduardo —La Duda— Bermejo Alva
A
Enma Espinoza de Campuzano
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3
MUSEO TRAVESTI DEL PERÚ
© Giuseppe Campuzano, autor-editor
Primera edición: diciembre 2007
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2007-10582
ISBN: 978-9972-33-588-4
Impreso en el Perú
Esta publicación ha sido posible gracias al auspicio del Institute ofDevelopment Studies
ANEXOS 124
ESTADÍSTICA 121
ARCHIVO 90
GLOSARIO 82
MUESTRARIO 14
PRÓLOGO 6
4
5
PRÓLOGO
6
7
Artesano huancaíno
Máscara para chonguinada y tunantada – detalle
2004
GIUSEPPE CAMPUZANO
To d a
peruanidad
es un
travestismo
8
L
os museos han sido desde sus inicios espacios de
memoria y reflexión, como también sacralización y
dogma, donde las obras coleccionadas surgen yfluyen,
pero dentro de un canon que asimila o desecha.
Como musas travestidas, alentamos la interpretación e
impugnamos la autoridad.
Lo travesti se plantea entonces como subversión de
la condición espuria que tanto el museo tradicional,
como los presupuestos sociales, le endilgan. Al
respecto, contextos históricos tan diferentes como el
Perú prehispánico y el marco propuesto por Magnus
Hirschfelddurante la República de Weimar, admiten
todo un rango de posibilidades entre los extremos de
lo masculino y lo femenino.
Travesti por la recuperación de su centro; no titubeo
ni protagonismo, sino equilibrio; contienda que sólo
nosotras podemos librar —la «vedette» como «soldat».
El MUSEO TRAVESTI DEL PERÚ nace de la necesidad de
una historia propia —una historia del Perú inédita—,
ensayando unaarqueología de los maquillajes y
una filosofía de los cuerpos, para proponer una
elaboración de metáforas más productiva que
cualquier catalogación excluyente.
dioses, vírgenes y santas—, ha de volverse a
encontrar. Un ritual librado en su propio cuerpo.
Nueve atributos travestis pautan un muestrario
plagado de trastocamientos temporales que
evidencian la imposible disección del travesti–
todo,cual pacha de partes recíprocas.
Museo «falso» —como el apelativo de «falsa mujer»
con que este lenguaje maniqueo nos adjetiva.
Museo embozado, cuyas máscaras —la artesanía, la
fotocopia, la gigantografía, el «banner», esos sistemas
de producción en masa— no ocultan, sino, al contrario,
muestran. No camuflan, sino travisten.
Emperifollarnos —ávidas «misses» en concurso—
es alistarnos para labatalla por la ansiada banda
de la ciudadanía.
El MUSEO TRAVESTI DEL PERÚ se traviste a través de tres
momentos explícitos, y otro tácito que recorre e
insufla cada una de esas instancias.
I. El muestrario explora la huella del travestismo y
de sus símbolos en el contexto peruano. El propósito
El autor compone el muestrario travistiéndose
en sus textos, tributándole obra, también a partir
de sucuerpo, que a su vez entrega para que otros
elaboren la propia.
Este muestrario–travesti se manifiesta barroco
—maquillajes–máscaras, vestidos–disfraces,
accesorios no accesorios— como un Perú
contenedor de todos los mundos posibles.
agotarse, se enriquece: más que conceptualizarlo,
se busca exponer su inasible alteridad.
Cuerpos nuestros; cuerpos indígenas cual no–lugar
ignorado; cuerpos colonizadospor el discurso que
los rechaza; cuerpos contemporáneos cuando un
legado irrumpe.
III. Asimismo, la prensa —usando y generando
íconos y resonancias— ha escrito una biografía
tan cargada de arbitrariedades como sin par. Una
colección de recortes —un kiosco deconstruido
en cuatro secciones— constituye el archivo.
Museo que, travestido de papel periódico,
posibilita un nuevo careo entre texto eimagen
para obtener el identikit del travesti cotidiano.
Posteriormente, este material es procesado y
presentado cual estadística de acoso y merma.
El recuento de una persecución tan indolente
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es revisar tanto los roles que han sido adjudicados
convencionalmente al travesti como aquéllos
que le han sido arrebatados, y que subyacen a la
oposición complementaria entre colonialismo
—tanto imposición...
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