musica y cine en españa y america latina

El compositor de hormas sinfónicas constituye una especie masificada en el cine. Por ello, la irrupción del jazz en los años cincuenta, del pop en los sesenta o de la electrónica en los setentasupuso un soplo de aire fresco dentro del imperio filarmónico de la música escrita para el cine. A finales de la década de los noventa, la música de Gustavo Santaolalla (El Palomar, Argentina, 1951)irrumpió en las pantallas de todo el mundo con esa misma fuerza regeneradora. «Mi conexión personal con el cine es muy grande», explica Santaolalla, «pero mi relación profesional con él surge realmente poraccidente».1 En efecto, median más de tres décadas entre sus comienzos como compositor, vocalista y guitarrista de Arco Iris —la banda de fusión rock-folk más emblemática de la Argentina hippy— y laeclosión de sus bandas sonoras para González Iñárritu y Walter Salles.

Instalado en Los Ángeles desde los años ochenta, Santaolalla se concentró en su trayectoria como músico y productor, y apenascompuso en esta época la música de un docudrama sobre Vaslav Nijinski, She dances alone (Robert Dornhelm, 1981). De hecho, puede decirse que fue más bien el propio medio cinematográfico el que seaproximó perseverantemente a Santaolalla hasta asimilarlo a fuerza de reclamar su particular sonido: «No pensé: bueno, ya tengo mi propio sello discográfico, ya he producido más de cien discos y me heganado muchos Grammys, así que ahora voy a hacer cine. No sucedió así». Instigado por Jaime Torres, eminente intérprete de charango de ascendencia boliviana, Santaolalla publicó en 1998 el álbum Ronroco,compuesto por doce temas que abarcan trece años de grabaciones: «Me moría de ganas de mostrarle a Jaime Torres lo que yo hacía, pero me daba algo de reparo porque uso mi propia técnica —hago másfinger picking y arpegio— así que le dije que era algo que hacían unos amigos míos. Jaime me llamó a los tres días y me dijo: “El que toca acá eres tú, ¿verdad? Pues tenés que hacer un disco”».

Un año...