Musico

Gonzalo de Berceo: Milagros de Nuestra Señora
INTRODUCCIÓN

Amigos y vasallos de Dios omnipotente,
Si un rato me escuchaseis, por ser benevolentes,
Os querría contar un hecho sorprendente:
Que lo tendréis al fin por bueno veramente.

El prado de que os hablo tenía otra bondad:
Ni por calor ni frío perdía su beldad,
Siempre estaba verde en su integri dad,
No dañaba su fronda ningunatempestad.

Yo, maestro Gonzalo de Berceo nombrado,
Yendo en romería acaecí en un prado
Verde y bien sencido, de flores bien poblado,
Lugar codiciadero para el hombre cansado.

Una vez que ya estuve en la tierra acostado,
De todas mis miserias me vi al punto aliviado:
Olvidé toda cuita, el tormento pasado.
¡Quién allí se encontrase feliz sería llamado!

Daban olor soberbio las flores bienolientes,
Refrescaban del hombre la caras y las mentes,
Manaban cada canto fuentes claras corrientes
En verano bien frías, en invierno calientes.

Los hombres y las aves que al lugar acudían,
Llevaban de las flores cuantas llevar querían;
Pero ninguna mengua en dicho prado hacían:
Por una que arrancaban tres o cuatro nacían.

Había allí abundancia de buenas arboledas,
Higueras ygranados, perales, manzanedas...
Y muchos otras frutas de diversas monedas,
Mas no habría entre ellas ni podridas ni acedas.

Era igual este prado a los del paraíso,
Al que Dios con tanta gracia y tanto amor lo hizo,
Él que creó tal cosa maestro fue en su oficio:
El hombre que lo more admirará su hechizo.

La verdura del prado, la olor de las flores,
La sombra de los árboles de templadossabores
Refrescáronme todo, y perdí los sudores:
¡Podría vivir el hombre con aquellos olores!

El fruto de los árboles era dulce, aromado...
Si don Adán hubiese sido con tal fruto tentado,
De tan mala maner a él no fuese engañado,
Ni Eva ni su marido fuesen tan mal dañados.

Nunca encontré en el mundo lugar tan deleitoso,
Con sombra tan templada y de olor tan sabroso,
Me alivi é de mi sropas por yacer más gozoso
me puse a la sombra de un árbol muy hermoso.

Mis señores y amigos l o que dicho ya hemos,
Fue con palabra oscura, aclararla queremos:
Quitemos la corteza, el meollo ataquemos,
Prendamos lo de adentro, lo de afuera dejemos.

Descansando en su sombra olvidé mis cuidados,
Oí sones de aves: dulces y modulados,
Nunca oyeron los hombres órganos más templados
Ni queformar pudieran sones más acordados.

Todos cuanto vivimos y sobre la tierra andamos,
Aunque en prisión estemos o en el lecho yazgamos
Todos s omos rom eros que por el c ami no v am os :
San Pedro dijo esto, por su fe lo probamos.

Unas tañían la quinta y las otras doblaban,
Otras daban el punto, errar no las dejaban,
Al posarse o moverse todas se esperaban,
Aves torpes ni roncas allí no seencontraban.

Cuantos aquí vivimos en lo ajeno moramos;
L a vida verdadera arriba la esperamos,
Y nuestra romería terrena la acabamos
Cuando al paraíso las almas enviarnos;

Organista no habrá ni tampoco violero,
Ni ji ga, ni salteri o, ni arte de rotero,
Ni instrumento, ni lengua, coro o voz de coplero,
Cuyo canto valiese junto a éstas un dinero.

En esta romería hallamos un buenprado,
En el que halla reparo el romero cansado,
Es la Virgen María, madre del Crucificado,
Como él otro ninguno igual no fue creado.

A pesar de que os cuento todas estas bondades,
No os he dicho ni un décimo. ¡Creed que son verdades!
Que había de nobleza tantas diversidades,
Que no las contarían ni priores ni abades.

Este prado fue siempre verde en honestidad,
Porque nunca tuvo máculala su virginidad,
Ant es y después del parto fue virgen de verdad,
Ilesa e incorrupta en su integridad.

1

Las cuatro fuentes claras que en el prado manaban,
Los cuatro evangelios eso significaban.
Porque eran cuatro evangelistas los que los dictaban,
Cuando los escribía con ella se trataban.

La bendita María es estrella aclamada,
Estrella de los mares, la guía deseada,
Es por los...