My Book

Abro los ojos.
Veo el techo. Aquel techo que pinté aquel verano. Lo pinté con Bruno. Cómo no iba a acordarme. Acabamos de arriba a abajo llenos de pintura. Sonrío al recordarlo. No se lee muy bienlo que pone. Pero lo intentamos. Lo leo para mi misma. Il tuo sorriso nella mia testa. Giro la cabeza y miro el reloj de mi mesilla. Son las once y treinta y siete. Y tengo que empezar a estudiar.Mañana tengo examen a primera hora. Me levanto poco a poco. Me siento al borde de la cama y cojo el móvil y le doy al botón rojo de encender. Mientras se enciende me acerco a la ventana, y subo lapersiana. Que mierda -pienso- Está lloviendo. Abro la ventana y vuelvo hacia el móvil. Mi samsung cada vez va más lento, aún sigue encendiéndose.
Mientras tanto, me cambio. Me pongo las mallas, ya que hoyseguramente me quedaré en casa estudiando. Me pongo por encima una sudadera vieja, y unos calcetines. Cojo el móvil que parece que ya se ha encendido y me voy a la cocina. El desayuno está preparado. Metomo mi leche sola de todas las mañanas y alguna que otra galleta. Ya se oyen pequeños pasos por el pasillo, seguro que es mi hermano Eliot. Entra en la cocina con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Adriana, Adriana! ¡Mira esto, corre ven!
Sin poder terminar mis galletas, me tira de la mano y me arrastra hasta su cuarto. Sigue con la cara iluminada de la emoción.
- ¡Ven, que es por aquí! Corre,date prisa.
Le sigo dando pasos con cuidado de no pisar los juguetes que arrasan el suelo. Hemos llegado. Me enseña su cama. Más en concreto su almohada. Miro con cuidado.
- ¿Y esto? ¿Sesentadólares?
- ¡Adriana, ha sido el ratoncito peréz! ¡Se ha acordado de mi!
Cómo no, no me acordaba. Se le están cayendo los dientes de leche. Me encanta verle así. Así que le cojo el brazos y le digo cerca deloído -es genial pequeñajo- le bajo de nuevo y me vuelvo hacia la cocina. Miro la pantalla de mi móvil que se ilumina. Tres mensajes de whatsapp. Me termino la galleta que había empezado antes...