My history
Era una noche estrellada, la del 22 de febrero del 2000. Elias estaba jugando afuera en el patio, ansioso de que ya lleguen las doce y con el su cumpleaños numero 11. Faltaban apenas dos horas para abrir los regalos y comer la torta que habían comprado junto a sus padres. Después de un rato su madre lo llama para la cena y mientras vaciaban sus platos pasaba el tiempo yse estrechaba el tiempo para el ansiado momento.
Luego de juntar la mesa y lavar los platos se fueron al living donde iban a comer la torta y festejar. Para pasar el tiempo, miraron las noticias donde decía que habían caído tres meteoritos en Santa Fe. Faltaba solo un minuto y tendría once años…
30 segundos…
10…
5…
4…
3…
2…
1…Elias salto, se abalanzó y abrazó a sus padres con todas sus fuerzas. Iba a comer torta, tendría nuevos juguetes e iba a ser el mayor de su grupo de amigos. Pero…
Una sensación rara. Como si sus padres se estuvieran derritiendo, se apartó y los miró… Se estaban convirtiendo en polvo y se desvanecían con una sonrisa de felicidad en la cara. Elias no lo podía creer, no lo quería creer.Gritó con todas sus fuerzas, sintió una punzada en su corazón y le faltó el aire. Se arrodilló y apoyo sus manos en el suelo…
Se habrá quedado diez minutos así, mirando como caían las lágrimas que a esa altura ya formaban un charquito. Se paro y miró al lugar donde por última vez había visto a sus padres, buscando una razón y explicación lógica que, por supuesto, no la hallaría. Por ahora.Se quedó pensando los buenos momentos que habían pasado junto a ellos… podía afirmar que habían sido los mejores padres del mundo.
Pero un estruendo y el ruido de la puerta de la entrada al caerse había sacado a Elias de sus pensamientos. Elias miro hacia la puerta y vio un hombre extraño… Joven pero de cabello blanco y parados hacia un costado como si fueran canas, unos ciento ochentacentímetros de altura y flaco pero con músculos marcados. Llevaba puesto una polera y pantalón azul oscuro y un chaleco verde. Su cara estaba cubierta por una máscara que le tapaba hasta la nariz y una banda protectora con un símbolo raro inclinada en su frente, tapándole un ojo.
El hombre lo miro y corrió hacia Elias. Lo agarro y lo puso como de caballito en su espalda. Elias solo sedejo, ya no le importaba nada. Junto con el hombre salieron a la vereda sin cerrar la puerta ni el portón. A Elias no le importo, no le importaba nada, solo se iría con el hombre a donde fuera que este valla.
-Agarrete fuerte- dijo el hombre, tenía la voz tranquila y suave. Fueron las primeras palabras que le dirigió a Elias. Este obedeció y el hombre empezó a correr con todas sus fuerzashacia el lado izquierdo.
Fue impresionante, nunca había ido tan rápido. Ni siquiera en una moto grandota que tenia su papa. Todas las personas con las que se cruzaban los quedaban mirando atónitos. Siguieron derecho hasta dejar Resistencia y hacer empalme con la Ruta 11, a la que tomaron y siguieron su camino alejándose de la ciudad donde no había ya casa ni personas que los vieran. Hizo ungiro brusco y se adentró en un gran campo de trigo
-¿A donde vamos?- Se limitó a preguntar Elias
-¿Ves aquella estrella?- dijo señalando al cielo. Elias asintió-. Bueno, es Marte.
Elias se pregunto como mierda iban a hacer para llegar hasta allí. Pero estaba demasiado triste y desganado como para entablar conversación con un hombre-correcaminos que lo agarró mientraslloraba porque sus padres se desvanecieron. De tan desganado se quedo dormido en el hombro del correcaminos.
Siguieron corriendo hasta que de la nada apareció un hombre entre las extensiones de un campo sin cultivar. El correcaminos lo miró, sabía quien era. Una persona realmente fuerte, tanto como el enmascarado que llevaba el niño. Tenían la misma contextura física, su pelo era naranja y su...
Regístrate para leer el documento completo.