MÚSICA

La música es la manifestación estética por excelencia
porque es la expresión pura. En ella, esta se sutiliza
simplificándose hasta abandonar casi por completo y
vencer la grosera vastedad de lamateria. Rompe las
rejas de su cárcel que constreñían su expansión, se
liberta y se hace soberana del mundo. Se torna alada,
ingrávida, fluidica; se hace vibración. En ella se Más aún, parece que esel único valor
expresivo capaz de salvar la distancia que separa la
MÚSICA
conciencia del hombre de la conciencia de los seres
inferiores. Prolijas observaciones de los sabios nos
hanreveladoquelos animales nosonindiferentes a la
expresión musical y, quién sabe, cuantas remotas
relaciones del universo se conectan en ella que
permanecenaúnocultasparanosotros.
Al realizarse la expresiónmusical el espacio y el
tiempo se reducen a su mínima limitación; sugiere,
evoca con prescindencia casi absoluta de la circunstancia,
del elemento individual, perecedero y efímero,
hastaelpuntodequecadaunopuedeponer enella
su propia tragedia, la propia historia de su corazón.
Los valores primarios confunden su ritmo y se
destacan acusando su relieve. Nada los define y los
explica en suarmónica integridad como ella. Constituye,
acaso, los últimos datos de la subconciencia que
cambian de plano psíquico y nos orientan en el
misterio del universo. El espíritu de un gran creador
dearmonías, es decir de un músico genial, quizás no
es sino el captador inconsciente de las últimas y
arcanas constataciones de la subconciencia que en el
corazón del artista se hace nota, ritmo, vibracióno
sonido, que sonquizás la esencia mismadelas cosas a
la cual no alcanza y, tal vez, no alcanzará jamás
nuestrarazón.
Las estéticas de todas las artes ensumás alta, depurada
y prístinamanifestación se resuelven en música.
Sólo cuando han llegado a ella alcanzan un concepto
emocional primario del mundo, de la vida o del
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universo. Por eso todo arte, o mejor, la obra de todo...