Nachi cocom

Soy Pedro Che y soy indio natural del pueblo de Maní; Quiero hacer constar que por Fray Diego de Landa y sus secuaces a sufrido mi raza; Corregir mi escrito pues no soy gente de escritura y apenas e salido de la ignorancia, esto no es con el fin de merecer lastima ni levantar odio, esto es con el deseo de que se conozca la verdad. Empezare la historia.
Cuando llegue al convento de losfranciscanos era mozo y tome el lugar del portero, es posible que mi memoria falle por mi edad, pero eso no significa que los acontecimientos principales cambien, los que lean este relato deben recordar mi advertencia.
Mientra realizaba mí trabajo se acercaron unos indios con recato, para comentarme lo que habían encontrado en una cueva no lejos de ahí, no les di importancia ni puse atención pensandoque era ignorancia o imaginación, pero por la insistencia les dije:
-Si es como dicen no tengan miedo, no diré nada tengan confianza de mi no saldrá nada malo, que soy un indio como ustedes, pronto lo comprobaran.
Así, cobraron confianza y se acercaron a poner su querella, su dicho era: que a la punta del pueblo se encontraban unas piedras con cabezas de difuntos, y pensaban que eran tesorosque alguien llevo a resguardar.
-Sepa dios- decían, si habrán matado a alguien para tener esas joyas y rarezas, no imaginaba las consecuencias que traerían para todos.
Por complacerlos acudí al sitio, confieso no iba contento, no tardamos tras los muros del corral del convento entre unos matorrales donde nadie caminaba hace mucho, había una cueva a flor del suelo. En la parte mas profunda estabaunos dioses caídos de diversos tamaños, de los cuales desconozco su carácter o significado. En orden al lado se encontraba calaveras con arte de guerra una frente a la otra con misterio e ira que brotaban del hueco de sus ojos, al acercarnos salieron chillando unos murciélagos. Me santigüé y los indios dijeron:
-Ave Maria Purísima –
En rincones apartados de la cueva se encontraban señales dehaber prendido fuego, había cenizas y piedras calcinadas a modo de hornillo, seguimos buscando pero al no encontrar algo mas volvimos al convento.
Nos despedimos y les deje que no era nada malo, a lo cual respondieron que si era así contara con su testimonio y me decían donde vivían , con quien y que eran cristianos, eso habla de su buena fe.
Poco después sin poder yo evitarlo fueronaprendidos por el alguacil, entre en el convento, sin decir nada, tuve sueños que después sabría que era lo que sucedería, eran profecías.
Al día siguiente considere necesario comunicarles a los frailes, al termino del reparto del chocolate a los pobres, le di instrucciones y la llave de la despensa a mi ayudante, y me marche a buscar a los frailes no se con quien hable primero, me parece que fue frayLorenzo de Galicia el cual me había dado muestras de su buen juicio y sencillez, el escucho sin alarmarse dijo que era necesario que fuese del dominio publico. Se retiro y llamo a los frailes mas allegados a el y a los mas dóciles a su opinión nos reunimos en un balcón de uno de los claustros. Los nombres de los frailes eran: pedro de Ciudad Rodrigo, miguel de la Puebla, Jorge Carrión, Juan Pizarroy Francisco de Santa Gadea y me faltan tres o cuatro que no logro recordar, ninguno dio importancia a lo acontecido, esto me lleno de calma y no pasaría nada, gracias a dios. Ellos convinieron pedirle a San Francisco, así pues se hincaron y oraron de corazón, esto habla de su inocencia y buena fe, estudiaban el arte maya que le impartía el Fraile Buenaventura, era como las palabras indiashubieran ablandado sus pensamientos y corazón. Creí en su sinceridad, hasta me hablaron en indio y tomaron del hombro, el gusto me duro poco, otros frailes recién llegados, sin convicción y de poca instrucción como frailes, con ellos solo se reforzó el ejército cristiano, uno de los más inquietos Frailes Gonzalo de Magaña y Antonio Bonifaz no sabían leer, venían de provincia, hablaban de manera...