Nacimiento
Una persona con familiares en Jicamórachi explica: "(Los sicarios) son mucha gente de fuera que trae carros yonkeados (chocados), sin placas. No falta quién se les una porqueofrecen trabajo y a los chavalos les gusta porque de ser cultivadores de frijol se convierten en ídolos. La gente no quiere a estas gentes, pero recurre a ellas porque actúan como ley, ponen orden yhacen justicia.
"Tienen a la población atemorizada. Desde que te acercas hay gente con armas largas en el cerro vigilándote. Te paran si no conocen tu mueble (camioneta), revisan quién eres. Ha habidoeventos muy traumáticos que aterran a todos, como el asesinado del maestro Tony, que lo aventaron en un basurero y le arrancaron el rostro, lo que dolió a todos. Ahí nunca duermes porque sabes que tepuede caer una bala perdida; o duermes en el monte para ver de lejos o escuchar si alguien viene, sobre todo si hay fiestas o si sienten que va a haber ‘un evento’. Por eso todos hablan en voz bajaen sus casas".
En cuanto el Ejército restauró la tranquilidad en el poblado, el conflicto se desplazó a pueblos cercanos como Betórachi, Cajurichi y Memelechi, del municipio de Ocampo.
Durante elrecorrido por esa ruta, un vecino advierte a Proceso: "No sigan adelante: ya está todo tomado. Aquí, en las noches, es campo de batalla. Está horrible. Apenas se llevaron a un señor y a sus doshijos, los torturaron, los dejaron trozados, los trataron peor que animales. Si los van a matar, bueno, pero ¿tanta crueldad, por qué? Está horrible".
La gente se sentía aterrada porque una semana anteshabían encontrado el cadáver mutilado de un repartidor de leche Zaragoza, a quien consideraban una persona neutral. Aunque algunos pobladores señalan que quizá "en algo andaba metido".
"Ya se...
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