Nada
Jorge E. Traslosheros
La reforma constitucional en derechos humanos aprobada por el legislativo federal, tiene elementos trascendentespara el desarrollo de nuestra democracia, de la sociedad civil y, dentro de ella, para las diversas e importantes labores que realizan las Iglesias en beneficio de las personas.
La reforma tienecomo vectores dos cambios de fondo. Uno, que eleva los derechos humanos propios del Derecho Internacional a rango constitucional. Dos, que la constitución deja de “otorgar” derechos y ahora los“reconoce”, lo que obligaría al Estado mexicano a promoverlos, respetarlos, protegerlos y garantizarlos conforme al principio de interpretación generosa, es decir, acorde al mayor beneficio para la persona.Podemos afirmar que es una reforma con sentido humanista que transforma el orden constitucional mexicano.
Para la Iglesia Católica la reforma es muy importante. Su misión es el anuncio del Evangelio,lo que conduce a los católicos a comprometerse en diversas actividades que van desde la acción contemplativa hasta la contemplación en la acción, por decirlo en términos de práctica religiosa. Puestoque Cristo anuncia la plenitud de nuestra humanidad, los derechos de las personas son, obviamente, de la mayor relevancia. Para la Iglesia, los derechos humanos están vinculados al derecho naturalque es reconocible por la sola razón, incluso prescindiendo de la revelación. Por lo mismo, se trata de un espacio natural de diálogo pues conforma una propuesta que no desprecia el consenso social,pero que busca darle orientación cierta de cara al bien común, acorde a nuestra “obligación de proteger” al más débil, como lo hizo notar Benedicto XVI ante la Asamblea General de la ONU.
La acción dela Iglesia podría contar con mejores instrumentos jurídicos para nutrir nuestra cultura en asuntos como el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, matrimonio, familia,...
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