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Uno de los temas de mayor interés es el "aprendizaje de las emociones" . Variadas son las disciplinas que han tratado de seguir el curso normal y patológico de los sentimientos y afectos. La tarea esde una gran dificultad, pues no existe en este campo una "observación neutral". El observador científico tiene siempre una teoría previa que intentará verificar o refutar. Por eso ha resultado degran ayuda la práctica, ya corriente, de generar situaciones simples y repetibles a voluntad en ese gran océano de emociones que define la relación del niño con su madre.

Fue M. D. S. Ainsworth quienpropuso hace unos 30 años estudiar una situación "de extrañeza" para analizar la conducta afectiva de niños que se encuentran un par de minutos separados de sus madres, en ambiente no familiar.Entonces, casi todos los niños exhiben formas de protesta o ansiedad.

Lo que interesa sobremanera es el abanico de actitudes que se observa cuando la mamá vuelve a la habitación. El bebe se abalanzahacia la madre en busca de refugio y de caricias, pero luego abandona la compañía materna para seguir explorando el nuevo ambiente. Esta es la respuesta normada , pero hay por lo menos otras dos quemerecen atención. Algunos bebes rechazan a sus madres cuando regresan a la habitación, aunque ellas intenten acercarse. Es la respuesta de "rechazo". Otros se acercan a la madre, pero enseguida larechazan. Es la respuesta "ambivalente".

La proporción de estas categorías varía según las culturas y la educación. En muchos casos la historia personal de una embarazada puede predecir la categoría en quese encontrará su hijo al cabo del año en esta situación experimental de separación/encuentro. El trato materno puede favorecer un comportamiento e inhibir otro, y de esa forma modelar la conductaemotiva futura del niño. El aprendizaje tiene muchas dimensiones afectivas que debemos aprender a integrar.

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