Nada
viento
U N A C A M PA Ñ A
DEL INSTITUTO
D I S T R I TA L
D E C U LT U R A
Y TURISMO
Rudyard Kipling
cuentos de animales
Alcaldía Mayor de Bogotá
Instituto Distrital de Cultura y Turismo
Secretaría de Educación Distrital
Rudyard Kiplimg
cuentos
de
animales
i lu s t r ac i o n e s d e o l g a c u é l l a r
a l c a l d í a m ayo r d e b o g o t á
LuisEduardo Garzón
a l c a l d e m ayo r d e b o g o t á
Instituto Distrital de Cultura y Turismo
Martha Senn
director a
Roberto Salazar Segura
s u b d i r e c to r d e f o m e n to a l a s a r te s
y l a s e x p r e s i o n e s c u lt u r a l e s
Ana Roda
g e r e n t e d e l i t e r at u r a
Secretaría de Educación del Distrito
Abel Rodríguez Céspedes
s e c r e ta r i o d e e d u c ac i ó nd i s t r i ta l
Alejandro Álvarez Gallego
s u b s e c r e ta r i o ac a d é m i c o
Isabel Cristina López
d i r e c t o r a d e g e s t i ó n i n s t i t u c i o na l
Elsa Inés Pineda
s u b d i r e c t o r a d e m e d i o s e d u c at i vo s
Reproducido por gentil autorización de Panamericana
©
de esta edición, agosto de 2004: Alcaldía Mayor de Bogotá
Instituto Distrital de Culturay Turismo
www.idct.gov.co
Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción
total o parcial sin permiso del editor
isbn 958-8232
Asesora editorial: Margarita Valencia Vargas
Coordinadora de publicaciones: Diana Rey Quintero
Diseño gráfico: Olga Cuéllar + Camilo Umaña
Impreso por Cargraphics. Hecho en Colombia
contenido
De cómo le salieron las barbas a la ballena
11
Decómo al dromedario le salió la joroba
19
De cómo al rinoceronte se le arrugó la piel
27
De cómo el leopardo obtuvo sus manchas
35
El elefantito
53
El origen de los armadillos
69
cuentos
de
animales
De cómo le salieron las
ba r ba s a l a ba l l e na
Hubo una vez en el mar, querido niño, una ballena que
comía toda clase de peces. Se comía al pez espada y alpez raya, al pez estrella y al pez garfio, al pez martillo y
a su amigo el pez ballesta y a la rémora, a las platijas, a
los cangrejos, y a la verdadera y singular anguila de giros y vueltas. A todos los peces que pudiera encontrar
en el mar se los engullía con una boca, ¡así! Hasta que
al final sólo quedó en todos los mares un pececillo extremadamente astuto, que decidió nadar exactamentedetrás de la oreja derecha de la ballena, para quedar
fuera de peligro. Entonces, la ballena se levantó sobre
su cola y exclamó:
–Tengo hambre.
A lo que el astuto pececillo respondió con su astuta vocecilla:
–¿Nunca ha probado usted al hombre, noble y
generoso cetáceo?
–No –replicó la ballena–. ¿A qué sabe?
–Muy sabroso –respondió el astuto pececillo–. Sabroso, aunque algo nudoso.
[11]Rudyard Kipling
–Entonces ve y tráeme algunos –dijo la ballena,
levantando oleadas de espuma con su gran cola.
–Con uno para empezar es suficiente –replicó el
astuto pececillo–. Si nadas hacia los 50º de latitud norte y 40º de longitud oeste (esto es magia) encontrarás,
sentado en una balsa, en medio del océano, vistiendo
sólo unos pantalones de dril azul, unos tirantes (no debes olvidar lostirantes, querido niño) y una navaja, a
un marinero náufrago; quien, es justo advertirte, es un
hombre sagaz y de infinitos recursos.
[12]
De cómo le salieron las barbas a la ballena
Entonces la ballena nadó y nadó hacia los 50º de
latitud norte y 40º de longitud oeste tan rápido como
pudo nadar y sobre una balsa, en medio del océano, sólo
con unos pantalones de dril azul, unostirantes (debes recordar particularmente los tirantes, querido niño) y una
navaja, encontró a un solitario marinero náufrago que
arrastraba los dedos de los pies en el agua. (Su mamá le
había dado permiso para hacerlo o de lo contrario nunca lo hubiera hecho, ya que era un hombre sagaz y de
infinitos recursos.)
La ballena abrió y abrió sus fauces, tanto que la
nariz casi le tocaba la cola, y se...
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