Nada

La cultura de las violaciones, un terrible fenómeno de nuestros tiempos.
Fenómenos virales como Slutwalks, un movimiento nacido en Toronto, que en nuestros días se ha convertido en una situaciónaltamente difundida en la red Internet, pretende cambiar el enfoque de la víctima y del autor del abuso sexual. Dicho movimiento, nacido de las mentes y la indignación de Jarvis y Sonya Barrett ante laspalabras de un concejal de la alcaldía de Toronto, que se pronunció publicamente con funesta opinión, alegando favor a las mujeres para que no se vistieran como "zorras". Esto con el fin de noconvertirse en víctimas de hostigamiento y violaciones. Tenemos acá, básicamente, un personaje más que descarga toda la culpabilidad sobre "las insinuantes prendas de vestir femeninas".
Es por esto, que mehe permitido investigar fenómenos de talante similar, para comprender un poco más sobre el porque de una sociedad machista que no acepta la culpa de los agresores y por el contrario lanza la culpasobre hechos tan aislados y tan arraigados a la personalidad como lo es "la vestimenta"
Me parece entonces que la cuestión preponderante es un asunto de intolerancia, de egoísmo, que en mi opiniónbusca dar como único culpable al asunto que arropa el estilo y la libre expresión de personalidad.
Casi todo el problema parece centrarse en la especulación, puesto que nunca se sabe a cierta ciencia elmotivo de la agresión, que pueden ser varios, yjamás justificables, hablamos de la enfermedad mental, la visión cultural depenjdiendo el espacio geográfico y temporal y por último, pero no menosimportante, la debilidad del sistema judicial ante dichos temas.
En cualquier caso, tiene mucho que ver con la apariencia. De hecho, la cuestión de la ropa es importante, porque es una de las primeraspreguntas que les formulan a las víctimas después del momento del ataque, pues se insiste que la incitación, generada por la vestimenta, motiva de alguna manera al atacante. De aquí el debate de si...