Nada

Me miro al espejo y maldigo. Diablos, mi cabello es un bendito desastre. No se qué haré, tengo que estar lista en 15 minutos. Mis manos tiemblan.
Diablos. Diablos. Diablos.Después de unos segundos meditando opto por dejarlo en un chongo medio recogido, no puedo hacer más. Corro al armario y tomo el vestido que compré con mi mamá unos meses atrás pero nohabía tenido oportunidad de ponérmelo. Es un lindo vestido strapless negro hasta la mitad del muslo y con un enorme listón rosa en la cintura.
Camino rápidamente por el pasillo hasta lapuerta mientras me pongo los tacones. Maldita sea. Odio los tacones.
Mi madre me espera en la camioneta. Está irritada. La hice esperar demasiado tiempo.
-Maldita sea, tardasdemasiado niña-. Me dice y arranca la camioneta.
Yo no contesto nada porque se que sí lo hago me irá mal. Muy mal.
Cuando llegamos al restaurante comienzo a idear un plan de zafarme deesta. Es la tercera vez que mi mamá planea la cena y ahora no se qué excusa inventar.
-Mamá, creo que olvidé algo en casa. Tengo que regres...
-Nada de eso señorita, las primerasdos veces te lo creí pero ahora no. Así qué rápido, baja del auto y entra al restaurante, en un segundo te alcanzo.
Y hago lo que me dice, salgo del auto. Pero no me dirijo alrestaurante, en vez de eso corro lo más lejos que puedo, alejándome del auto. Por suerte quedo fuera del campo de visión de mi madre. Corro por lo menos unas 10 calles al norte delrestaurante y ahí tomó un taxi que me lleva a casa de Willem. Él me espera con algunas maletas que lleve unos días antes.
-¿Estás totalmente segura de que quieres hacer esto?- y me mirahacia abajo, aún con los tacones soy más pequeña que él.
-Claro, no me voy a casar con alguien que no conozco. Así qué ya vámonos que ya se hace tarde y podemos perder el vuelo.