nada

Sir Richard Branson, fundador del Grupo Virgin, me han venido irresistibles ganas de poner en limpio algunos postulados que este excéntrico inglés puede dejarnos a los emprendedores y personas engeneral. De entrada me declaro parcial: admiro profundamente a Richard Branson. Y más lo admiro mientras más leo sobre el. Pero fundamentalmente porque no heredó su fortuna, porque era disléxico, lapasó muy mal en la Escuela, solo estudio hasta los 15 años, no fue a la Universidad, creó su primer empresa a los 16 (Revista “Student”) y arrancó su Grupo de empresas actual en 1970, a través de unaosadía (sin capital, experiencias en el rubro y en una industria pesadísima como la de la música). Branson es, en sí mismo, la encarnación de un emprendedor sin límites, un talentoso de lasoportunidades y un artista de la imagen, las relaciones públicas y construcción de visiones colectivas. Está sin lugar a dudas en la liga mayor de los emprendedores globales, los que regalan contribucionessignificativas para transformar el mundo y los que dejan grandes legados. Pero, dentro de todo este repertorio de admiración, quiero sólo concentrarme en un conjunto de aspectos que a mi criterioilustran de manera magistral la distinción que suele haber entre un emprendedor y un empresario. Sabemos ya que no necesariamente coinciden en una misma persona (aunque muchas veces si lo hacen). Bransones un emprendedor, mas allá de sus millones, su personalidad y sus estrategias de marketing. En un empresario convencional, no muy cercano a la naturaleza del mundo emprendedor, sería muy difícilencontrar estos elementos que configuran gran parte de la realidad de Branson:
- Sus empresas están creadas en industrias híper competitivas, como música, aerolíneas, telefonía y bancos. Contrariamentea la lógica, el da las grandes batallas. Y en esos ámbitos, dominados en general por dinosaurios que hacen lobby para disminuir la competencia, Branson siempre apuesta por más beneficios para los...