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El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es síndrome conductual.[2] Es un trastorno muy prevalente que, según estimaciones, afecta entre un 5 % y un 10 %de la población infanto-juvenil,[3] [4] siendo unas tres veces más frecuente en varones.[2] Se han demostrado diferencias entre diversas áreas geográficas, grupos culturales o nivelessocioeconómicos. Representa entre el 20 % y el 40 % de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil.[2]
Se trata de un trastorno del comportamiento[5] caracterizado por distracción moderada a grave,períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas. Tiene una respuesta muy alta al tratamiento, aunque se acompaña de altas tasas de comorbilidadpsiquiátrica. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV): «Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenidos o quecarecen de atractivo o novedad intrínsecos (p. ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos largos que no son de sus gustos, o trabajar en tareas monótonas orepetitivas)». Este «trastorno» se identificó primero en la edad infantil. Sin embargo, a medida que mejor se comprendía, se fue reconociendo su carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta hasta despuésde la adolescencia (es difícil modificar comportamientos que ya están tan arraigados si antes no ha habido pautas correctoras de crianza). Los estudios de seguimiento a largo plazo han demostrado queentre el 60 % y el 75 % de los niños con TDAH continúa presentando los síntomas hasta su edad adulta.[6]
Históricamente, este trastorno ha recibido distintas caracterizaciones e innumerablesdenominaciones, lo que dificulta las consultas de la literatura especializada[7] (ver cuadro). Cabe agregar que la sigla inglesa ADHD (Attention-Deficit Hyperactivity Disorder) se usa ampliamente para...
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