Nada
UN HOMBRE PARADÓJICO
Puesto que hablamos de la guerra, es preciso que le cuente algunas opiniones de uno de mis amigos, que es hombre de paradojas. Es de los menos conocidos, y posee un carácter extraño; es un soñador. Ahora no quiero más que recordar una conversación que tuve con él hace ya algunos años. Defendía la guerra, en general tal vez únicamente por amor a laparadoja. Noten que es un perfecto burgués, el hombre más pacífico del mundo, el más indiferente a los odios internacionales o, simplemente, interpetersburgueses.
—Es expresarse como un salvaje — dijo entre otras cosas— el afirmar que la guerra es una plaga para la Humanidad. Todo lo contrario; es lo que puede serle más útil. No hay más que una clase de guerra verdaderamente deplorable: la guerracivil. Descomponer el Estado, dura siempre demasiado tiempo y embrutece al pueblo por varios siglos. Pero la guerra internacional es excelente, desde todos los puntos de vista. Es indispensable.
—¿Qué ve usted de indispensable en el hecho de que dos pueblos se arrojen uno sobre otro para matarse entre sí?
—¡Todo, absolutamente todo! En primer lugar, no es cierto que los combatientes se arrojenlos unos sobre los otros para matarse entre sí, o al menos no es tal su primera intención. Lo primero que hacen es el sacrificio de su propia vida; eso es lo que hay que considerar ante todo, y nada tan hermoso cómo dar su vida por defender a sus hermanos y la patria, o, sencillamente, los intereses de esta patria. La Humanidad no puede vivir sin ideas generosas, y por eso es por lo que ama laguerra.
—¿Cree usted, pues, que la Humanidad ama la guerra?
—Evidentemente. ¿Quién se desespera, quién se lamenta durante una guerra? Nadie. Cada cual se vuelve más animoso, siente su espíritu más resuelto; se sacude la apatía corriente; no se conoce el aburrimiento; el aburrimiento es bueno en tiempo de paz. Cuando la guerra se ha acabado, gusta recordarla, si ha acabado con una derrota delenemigo. No creáis en la sinceridad de los que, declarada la guerra, se abordan gimiendo: "¡Qué desgracia!" Hablan por respeto humano. En realidad, la alegría reina en todas las almas; pero no se atreven a confesarlo. Se tiene miedo a pasar por un retrógrado. Nadie se atreve a ensalzar, a exaltar la guerra.
—¿Pero me habla de las ideas generosas de la Humanidad? ¿Es que no ve usted ideas generosasfuera de la guerra? Me parece que se pueden, adquirir muchas más en tiempos de paz.
—De ningún modo. La generosidad desaparece de las almas con ocasión de los períodos de larga paz. No se advierte más que cinismo, indiferencia y hastío. Puede decirse que una larga paz hace a los hombres feroces. Lo que en esas épocas domina es siempre lo peor que hay en el hombre; por ejemplo, la riqueza elcapital. Después de una guerra aún se estima el desinterés, el amor a la Humanidad; pero que la paz dure, y esos hermosos sentimientos desaparecen. Los ricos, los acaparadores, son los amos. No hay ya más que la hipocresía del honor, de la lealtad, del espíritu de sacrificio, virtudes que los mismos cínicos están obligados a respetar, al menos en apariencia. Una larga paz produce la flojedad, la bajezade miras, la corrupción. Embota todos los buenos sentimientos. Los goces se hacen más groseros en las épocas pacíficas. No se piensa más que en las satisfacciones de la carne. Y no podéis negar que después de una paz demasiado duradera, la riqueza brutal lo oprime todo.
—Pero veamos: las ciencias y las artes, ¿pueden desarrollarse en el curso de una guerra? Y son, creo, manifestaciones de ideasgenerosas.
—He ahí donde le detengo. La ciencia y el arte florecen sobre todo en los primeros tiempos que siguen a una guerra. La guerra lo rejuvenece, lo refresca todo, da fuerza a las ideas. El arte cae siempre muy bajo después de una larga paz. Si no hubiese habido muchas guerras, ¿qué hubiera sido del arte? Las más hermosas ideas del arte fueron inspiradas siempre por ideas de lucha. Leed...
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