Nadie lo puede hacer por ti

Nadie lo puede hacer por ti
Javier Herrero

ojo de agua – ambiente educativo

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Nadie lo puede hacer por ti
“Mi hallazgo más importante, desde luego, por encima y más allá de todo, es que lo que más importa para el logro de los niños es que sean amados y apoyados.Esta conclusión intuitiva está respaldada por la investigación (…) ya que, después de tener en cuenta todos los demás factores, es la dedicación de los padres el factor más importante en los logros académicos de los hijos.” 1 Esta afirmación de la psicóloga evolutiva Paula Rothermel nos coloca como padres en el lugar de más responsabilidad en relación con la educación de nuestros hijos. Estosignifica que para cumplir con este papel tan crítico hemos de estar muy conscientes de nosotros mismos, del papel que jugamos y del poder de que disponemos. A mi modo de ver esta consciencia consiste básicamente en darse cuenta. Darse cuenta de quiénes somos, darse cuenta de cuáles son nuestros condicionamientos, darse cuenta de nuestras palabras, darse cuenta de nuestras expectativas, darse cuanta denuestros patrones automáticos de relación… Es posible que llevados por el ideal de ofrecer a nuestros hijos la mejor opción disponible a nuestro alcance (y esto puede llegar a significar un traslado familiar de varios cientos de kilómetros o vivir inmersos día a día en un entorno familiar inmediato fuertemente hostil), quizá podemos pensar que con esos tremendos esfuerzos personales para encontraruna manera adecuada de relacionarnos respetuosamente con nuestros hijos y satisfacer sus auténticas necesidades, ya hemos cumplido nuestra misión como padres. Sin embargo, en mi experiencia, eso sólo es el principio de un nuevo camino. De misma manera que elegir un parto natural o uno medicalizado es una opción crítica para las madres y sus hijos por nacer, eso no es obstáculo para que a partir deese mismo instante, comience un nuevo sendero de relación, de consciencia personal, de vivencia de situaciones en las que afloran nuestras propias potencialidades y limitaciones. Donde el cerebro nos decía que nuestro hijo debía nacer sin violencia, nuestro cuerpo no nos permite más que una cesárea; donde la cabeza nos decía que debíamos amamantar, los pezones se nos agrietaban; donde la razónnos animaba a ser comprensivos y serenos, el hijo mayor nos saca de nuestras casillas y acabamos perdiendo los estribos; donde el ideal nos marcaba que nuestro hijo se interesaría por esto o aquello, nuestras expectativas se derrumban y acabamos por pensar que nada aprenderá… Cuando ya creíamos que lo sabíamos todo, la vida –una vez más— nos retira el pedestal bajo los pies y caemos estrepitosamentepara tener que recomenzar a escucharnos, a sentirnos, a mirarnos, a cuestionarnos… El camino de abrirse a la vida aceptando las incertidumbres que, por definición, la vida conlleva, nos obliga a enfrentarnos a distintas crisis personales que, básicamente, derivan del desajuste entre razón y emoción; entre el ser y el deber ser; entre la realidad y las ideologías o los prejuicios.

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Todo ello se manifiesta con frecuencia en nuestro cuerpo, a través de los movimientos y los gestos, y en nuestro lenguaje, a través de las palabras y las metáforas que utilizamos. Con el cuerpo y el lenguaje comunicamos nuestra percepción del mundo y esa comunicación tiene efectos sobre los otros alrededor y, muy especialmente, sobre los hijos. La intención tienepoder sobre la realidad. Esta es la evidencia que muestra el trabajo de Masaru Emoto 2 con cristales de agua congelada. Este investigador japonés se dedicó a fotografiar cristales de agua de diferentes lugares y llegó a sorprendentes resultados. El agua de manantiales puros cristalizaba con hermosas formas hexagonales; el agua sucia de las ciudades, presentaba siluetas amorfas, sin forma....