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Sobre Cualquier Cadáver, una novella

Querido Vicente:
Hay temporadas en la vida de cada cual en las que ni se entera uno ni da crédito a cuánto está uno metido hasta las narices enocupaciones. Sólo me entero, a veces, cuando mi cuerpo pasa factura, cuando duermo, y me entrego al colchón, postrado sin poder mover un músculo los días en los que no tengo horario. Ando, a veces, algodesganado entre los pasillos de los lugares por falta de sueño o por kilómetros acumulados.Vivo una estación así. Y, entre la logística, leo. Leo en los traslados y en filas de banco. Releí Amor, etcétera yme encontré con una novela que me ha parecido una ácida joya sobre el reconocimiento, el egoísmo la memoria. Se llama The end of an endin. Devoré una novelita sobre ser profesor de Daniel Pennac: Malde escuela. De ésta supe desde que se tradujo para México pero la leí hasta ahora, cuando conseguí un archivo que subió a su twitter Vivian Abenshushan. Le puse los ojos a un ensayo sobre Juan Benet,aún inédito, de Juan Pascual que me dejó pensando en releer pasajes bíblicos como el del justo Job. Quiero encontrarme con una novelita sobre la Frontera de Javier Cercas, pero aún no doy con ella. Leía Javier Marías: Tu rostro mañana. Me mantuve al filo del lenguaje con ese tabique publicado por Alfaguara. Me encontré con Educar a los topos de Fadanelli y me dejó pensando en la relación quepudiera haber con Vargas Llosa, con La ciudad y los perros.Conseguí Cualquier cadáver, de Geney, de Geney Beltrán. Con la novela estoy sorprendido. Es una prosa que no renuncia a los otros intentos; merefiero a Cartas ajenas y a Habla de lo que sabes, pero que alguna madurez adquirió entre el sedimento biográfico y la ficcionalización de las miserias propias puestas en cada personaje; algo trae consigoesa descarnada visión del que se azota o del que se siente esterilizado por la realidad, como en ese cuento, casi fantástico de él mismo, donde el tipo llega a la oficina y busca a su familia y...