Naranja Mecánica, de A Burguess

Metáfora y paradoja en Naranja Mecánica de Anthony Burgess
Luis Saez

I
"Publiqué la novela en 1962, lapso que debería haber bastado para borrarla de la memoria literaria del mundo. Sin embargo se resiste a ser borrada, y de esto la versión cinematográfica de Stanley Kubrick es la principal responsable. De buena gana la repudiaría por diferentes razones, pero eso no me está permitido..."En una imposible (y seguramente infructuosa) "Enciclopedia Universal de la Paradoja" la suerte de "La Naranja Mecánica" de Anthony Burgess ocuparía un sitial privilegiado, o ilustraría al menos la controvertida metáfora según la cual son las historias las que eligen a sus autores...
Escrita y editada hace más de cuarenta años por motivos más monetarios que literarios, posteriormente repudiada porel propio autor, que nunca le "perdonó" su posterior éxito gracias, como es de público conocimiento, a la célebre versión cinematográfica de Stanley Kubrick, la historia del ultraviolento Alex parece empeñada en trazar su propio destino, mas allá de las arbitrariedades de los editores, del talentoso Kubrick y del propio Burgess, padre pero no así propietario exclusivo de la criatura. Ésa otrahistoria (de cómo Naranja Mecánica conmovió a tres o cuatro generaciones mas allá de los caprichos de su creador) justificará, esperamos, las próximas páginas, en tanto contribuya a la reflexión sobre cuestiones tan desatendidas como la re-escritura como género autónomo y los alcances y limitaciones de la propiedad intelectual, entendida, ante todo, como un territorio ético...

II

Cuenta laleyenda (desmentida y confirmada alternativamente por su principal protagonista) que Burgess escribió la novela impulsado por un diagnóstico fatal y terminante: un tumor cerebral que le auguraba la muerte en el corto plazo. Apremiado por el destino económicamente incierto que esperaba a su inminente viuda, Burgess apuró la novela con la urgencia de un condenado y la paseó por distintos editores hastaque uno, a la sazón norteamericano, consintió en publicarla, siempre y cuando nuestro autor aceptara efectuarle una sensible "intervención quirúrgica"; de los 21 capítulos originales era indispensable prescindir del último. El remate, la coronación del esfuerzo o, como decimos por estas latitudes, la frutilla de la torta. Y aquí comienza la otra historia, la que nos interesa referir (por no decirre-escribir, que algo de eso nos motiva, como ya se verá). Porque Burgess bien pudo rechazar la oferta y seguir paseando su manuscrito, o condenarlo al fondo de un cajón, en cuyo caso las líneas que siguen (y otros tantos millones de similares) jamás hubieran tenido razón de escribirse. Pero Burgess, fatal y oportunamente, aceptó la imposición del editor, "cedió sus derechos", al menos paraaquella primera edición yanki (o al menos así lo creyó el propio autor, haciendo gala de una indisimulable ingenuidad) y así vino a ocurrir que la historia de "Naranja Mecánica" comenzó a escribirse sola, por encima de las voluntades individuales que la pusieron en marcha. Porque ésa versión de la novela (ésa lectura del editor) y no otra fué la que inspiró la versión fílmica de Stanley Kubrick,sentando las bases para esa suerte de "mundial malentendido" generado a partir del éxito y el escándalo que acompañaron al film, a resultas de lo cual la historia pasó a tener algo así como "dos finales". Y esta ambivalencia nos lleva a enunciar otra de las hipótesis que inspiran este trabajo, a saber: una vez que puso su obra en otras manos, el autor pierde el derecho a decidir sobre ella y en su lugarunos terceros, en este caso un editor y un director cinematográfico, pueden, por un puñado de dólares, manipularla hasta la virtual deformación, o en el mejor de los casos, re-escribirla. A veces con acierto (como el caso que nos ocupa, a juzgar por el éxito de la película, que redimensionó notablemente a la propia novela), y otras con torpeza, o con egoísmo, o con desconocimiento, o con afán de...