Narciso: las buenas historias frente al espejo de la postmodernidad y simulación
“Desde el fondo del corredor, el espejo nos acechaba. Descubrimos (en la alta noche ese descubrimiento es inevitable) que los espejos tiene algo de monstruoso. Entonces Bioy Casares recordó que uno de los heresiarcas de Uqbar había declarado que los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican elnúmero de los hombres”, escribe Borges en Tlon, Uqbar y Tertius acerca de este objeto que ha angustiado a la humanidad en el transcurso de la historia. Se podría encontrar en una situación similar, a altas horas de la noche, cientos de recuerdos de reflejos que constituyen la génesis de obras literarias, y filosóficas. El presente trabajo no quiere desentrañar el misterio ni el morbo al que somete alhombre el espejo, sin embargo, si desea dilucidar algunas relaciones puntuales entre obras que lo utilizan como vínculo. Es necesario explicitar esto, el vínculo, no en sí el reflejo, si no el mito que dio origen a la fatalidad que éste origina: el mito de Narciso.
Está claro que muchas veces, las relaciones son inventadas por los lectores más que por los textos, sin embargo la contradicción,ésta reseña tiene como fin inventar o reproducir lazos entre dos géneros de discurso: el literario y filosófico. En el contexto de la materia (Literatura y Filosofía) se procederá a hacer una breve cavilación acerca de ésta relación antes de abordar los textos en el género que queden después de pensarlos.
Un texto, según Bajtín, es todo objeto que reproduzca un discurso. Es bastante claro que laclasificación de los discursos, sea por su materia, por su fin, por su origen, tiene un objetivo meramente social. Es necesario para el hombre (un hombre, en un determinado contexto, con un determinado fin y material) definir estos discursos en un marco para estudiarlos, y éste marco corresponde a las necesidades de la investigación más que del texto. Un tejido, por ejemplo, podrá ser un discursocultural, histórico, erótico, matemático, dependiendo de las necesidades del lector. El problema es que en este caso, no se ve la necesidad alguna de separar los géneros “filosófico” y “literario”, y por los textos escogidos, ésta clasificación incluso más difícil.
Si se ve como necesariamente ficcional al texto literario (Wolfang Iser), el libro séptimo de Platón roza el plano filosófico (quese podría definir como argumentativo y expositivo) y el de la literatura. También se podría definir éste género por su carácter connotativo, sin embargo, si uno se enfoca en el lector que busca la literatura en todo texto, Baudrillard y el mismo Platón son bastante connotativos. Pareciera casi no tener sentido esta bifurcación, sin embargo, hay una sensación de angustia y traición cuando se lee ala filosofía como literatura. Incluso cuando se ha probado (o intentado probar) en los párrafos anteriores que no existe algo que se pueda clasificar enteramente, existe el impulso, o quizá la fidelidad con las convenciones sociales o cultura, de no dejar ir estos conceptos incluso cuando no son necesarios. Habría que hablar un poco acerca de ésta espina y no tomarla sólo como un capricho.
Estáclaro que no es lo mismo leer a Pirandello que a San Agustín, y no es sólo la diégesis de la obra la que me permite decir esto. Los objetivos de ambos autores son distintos. El amor al conocimiento es algo que une a ambos géneros, pero no se puede ver a éste punto como un objetivo. Quizá el de la filosofía muchas veces podría verse como apoderarse de éste conocimiento, en cambio, el de laliteratura es apenas detentarlo, o ser parte de él. Así se explicaría la influencia misma de un género en el otro. Mientras la filosofía intenta analizar y apoderarse de un discurso ajeno, o propio pero visto como ajeno, la literatura es siempre discurso y carne. Es comprensible entonces la gran autoridad que constituye ésta en otros géneros, como se verá en el análisis del mito de Narciso en...
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