Narraciones extraordinarias
* Nombre de la obra leída:
Narraciones Extraordinarias.
* Autor:
Edgar Allan Poe.
* Género Literario:
Narrativo.
* Editorial:
Editores Mexicanos Unidos S.A.
* No. de páginas:
269 páginas.
* Tema Principal:
El Drama, porque todas las historias son muy dramáticas solo muertes y asesinatos.
Berenice
Mi nombre de bautismo esEgoeus; el de mi familia no lo diré. No hay en la tierra otra mansión más antigua que mi sombrío, gris y hereditario castillo. Los recuerdos de mis primeros años datan de ese. Ahí murió mi madre. Ahí nací yo.
Existe, sin embargo, un recuerdo de aéreas formas, de ojos espirituales y expresivos, de sonidos musicales, aunque tristes; un recuerdo que no quiere abandonarme, una memoria como de unasombra, vaga, variable, indefinida, irregular; sombra de la que no podre librarme mientras brille el sol de mi razón.
Berenice y yo éramos primos y ambos crecimos en la misma casa paterna. Sin embargo, crecimos diferente: yo, débil de salud y sumergido en mi tristeza, ella ágil, graciosa, desbordando energía; para ella los paseos en la colonia; para mí los estudios del claustro.
Pero después,después del paso de tiempo ella con una enfermedad, una fatal enfermedad una especie de epilepsia que terminaba frecuentemente en una catalepsia, que se parecía muchísimo a la muerte.
En mi biblioteca, de noche, ella había flotado ante mis ojos y yo la había visto no como la viviente y tangible Berenice, sino como la Berenice de un sueño y ahora me estremecía y me ponía pálido al sentir que seaproximaba. Sin embargo, lamentando amargamente su desconsolada enfermedad me acorde que ella me había amado mucho tiempo y en un mal momento le pedí matrimonio.
No podía decirlo, Berenice no hablo ni una sola palabra. Desvié involuntariamente la vista de sus miradas vidriosas para pasar a la contemplación de sus delgados y encogidos labios, los abrió y me dio una sonrisa de expresión, los dientes dela cambiada Berenice se presentaron lentamente ante mis ojos. ¡Ojalá nunca los hubiera visto o, después de verlos, hubiese muerto!
El golpe de una puerta al cerrarse me distrajo y, alzando la vista, vi que mi prima había abandonado el cuarto. Pero del desordenado aposento de mi mente, ¡ay!, no había salido ni se apartaría el blanco y horrible espectro de los dientes. Ni un punto en su superficie,ni una sombra en el esmalte, ni una melladura en el borde hubo en esa pasajera sonrisa que no se grabara a fuego en mi memoria. Los vi entonces con más claridad que un momento antes. ¡Los dientes! ¡Los dientes! Estaban aquí y allí y en todas partes, visibles.
Y la tarde cayó sobre mí, y vino la oscuridad, duró y se fue, y amaneció el nuevo día, y las brumas de una segunda noche se acumularon yyo seguía inmóvil, sentado en aquel aposento solitario; y seguí sumido en la meditación, y el fantasma de los dientes mantenía su terrible ascendiente como si, con la claridad más viva y más espantosa, flotara entre las cambiantes luces y sombras del recinto. Al fin, irrumpió en mis sueños un grito como de horror y consternación, y luego, tras una pausa, el sonido de turbadas voces, mezcladas consordos lamentos de dolor y pena. Me levanté de mi asiento y, abriendo de par en par una de las puertas de la biblioteca, vi en la antecámara a una criada deshecha en lágrimas, quien me dijo que Berenice ya no existía. Había tenido un acceso de epilepsia por la mañana temprano, y ahora, al caer la noche, la tumba estaba dispuesta para su ocupante y terminados los preparativos del entierro.
Meencontré sentado en la biblioteca y de nuevo solo. Me parecía que acababa de despertar de un sueño confuso y excitante. Sabía que era medianoche y que desde la puesta del sol Berenice estaba enterrada. Pero del melancólico periodo intermedio no tenía conocimiento real o, por lo menos, definido. Sin embargo, su recuerdo estaba repleto de horror, horror más horrible por lo vago, terror más terrible...
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