Narrativa De Vila-Matas

“Entrar en la juventud es algo muy doloroso, porque obliga a matar al niño que habitó en nosotros”, dice uno de los personajes del libro. Y a nosotros seguramente, en su momento, tampoco nos quedóotra opción. Enrique Vila-Matas, como un dantesco Virgilio, nos lleva de viaje a infancias ya visitadas, pero no por ello, capturadas, asumidas en su totalidad. Asistimos a esta metamorfosis de la edad,y nos damos cuenta que lo más probable, como en todo cambio, es que sintiésemos dolor en la transformación, hasta que pudimos decir como dice Andrés, en “Mar de fondo”:“Mi viejo traje está yadesgastado, tendría que cambiarlo, no me siento a gusto ya con él”. (Esto podría ser un buen principio)

La mayor parte de los seres que pueblan las páginas del libro han tenido que matar al niño quellevaban dentro para poder ser jóvenes y más adelante adultos. Y este “asesinato” psicológico puede ser tanto o más duro que un asesinato real.

Todo el libro parece el proceso lento pero implacable deesa “muerte” anunciada. Los muñecos empiezan como tales, pero acaban siendo la voz de la conciencia más cruel, hasta que hecha ya la metamorfosis quedan mudos y ya no son ni muñecos, son objetosinermes, como puedan serlo los juguetes para un joven que ha dejado de ser niño y ha logrado tener su propia voz. Así como le pasa al polifónico ventrílocuo

Pedro, en “Yo tenía un enemigo” deja de ser unniño para convertirse en un joven “parco” en palabras, aunque siempre el joven, el adulto mantiene rasgos propios, manchas indelebles, que le han acompañado y, posiblemente, le acompañen hasta sumuerte. En nosotros mismos podemos reconocer retazos de los niños que fuimos. Vemos a Pedro como un niño extraño y esta extrañeza le acompaña en su juventud, aunque el espacio y el tiempo sean otros. Almismo Julio, en “Otro monstruo”, intuimos que ha sido un niño retraído, con problemas, y estos parecen -aún cuando anuncia su boda- no haberle abandonado, aunque sí transformado.

Vuelven siempre...