Narratividad y dramaticidad
Mímesis diegética vs. mímesis pragmática
Manuel Angel Vázquez Medel
Universidad de Sevilla
29 de septiembre del 2012
La reflexión teórica, el análisis crítico de textos y el comparatismo literario, tal y como en la actualidad se ejercitan por la comunidad científica, se asemejan cada vez más a una construcción babélica que, amedida que crece y crece, nos va confundiendo hasta el punto de que no podamos utilizar ningún lenguaje común. La desvinculación del 'metatexto' crítico con el objeto literario constituye un hecho injustificado e injustificable, que forma parte del complejo proceso actual en el que nos alejamos más y más de lo real en nuestras construcciones culturales, hasta hacer de nuestra propia experiencia delmundo un pura ficción.
Ciclo tras ciclo, encuentro tras encuentro, observamos cómo, cada uno de nosotros, nutridos de diferentes tradiciones, sensibles a perfiles distintos ante cada problema, vamos yuxtaponiendo metadiscursos que quieren exhibir su autosuficiencia (¡incluso a veces en relación con su objeto!) y que prestan escasa o nula atención a otros planteamientos. Frente a la voluntadunificadora y la búsqueda de un lenguaje científico común de los años sesenta y setenta -con sus interminables y a veces estériles discusiones terminológicas-, en la actualidad el relativismo crítico se ha implantado en nuestras universidades. Y del mismo modo que esta tardomodernidad se caracteriza social y culturalmente por la amalgama de presencias dispares, en un presente indefinido, de un pasadomás o menos remoto, en nuestra tarea filológica han resurgido con fuerza principios, corrientes y tendencias, que en otro tiempo creíamos desterradas o superadas. A la vez, perdidos los fundamentos teóricos (en su sentido fuerte) excepto en grupos cerrados y escuelas, asistimos a la proliferación de nuevos planteamientos construidos fragmentariamente con materiales teóricos y metodológicos de aquío y de allá. Por ello no resultará nada extraño que junto a propuestas histórico-descriptivas más propias de la filología decimonónica, o persistentes análisis inmanentes de textos en un momento en el que tenemos clara conciencia de la superación del inmanentismo estructuralista, surjan propuestas más volcadas hacia una pragmática de la recepción que olvida el resto del proceso, sea la génesis yconstrucción o la permanencia del objeto material que será susceptible de experiencia estética, transmisión y recepción.
Basta echar un vistazo al programa de este "Curso Superior de Narratología" para apreciar una saludable diversidad de planteamientos, enfoques y objetos de estudio; pero esta disparidad sólo nos podrá enriquecer desde una mínima posibilidad de convergencia. Conseguir ésta -unacomunidad de planteamientos, un mínimo entendimiento común- sólo es posible gracias a la acción comunicativa, que requiere mucho tiempo, algo de negación de lo propio y una generosa aceptación de lo ajeno. Todos estamos demasiado ocupados en nuestra acción estratégica, más atenta al éxito que a la intercomprensión, pero es imprescindible iniciar un fecundo diálogo más que una yuxtaposición demonólogos.
En este laberinto por el que hoy hemos comenzado a deambular, tal vez nos corresponda a Javier del Prado y a mí -a él por su sabiduría, a mí sólo por mi tenaz presencia en estos encuentros desde sus inicios- la modesta pero necesaria función de hilo de Ariadna, que nos permita encontrar la salida una vez que, como Teseo, hayamos resultado victoriosos del encuentro con nuestro particularMinotauro.
Punto de partida: el lugar de nuestra reflexión.
Para comenzar, resulta imprescindible fijar un punto de partida: el marco de nuestra reflexión es -en el marco general de una Teoría de la comunicación literaria- la Teoría de los géneros literarios. Una teoría, o mejor, unas teorías que jamás van a lograr conclusiones aceptadas por todos, pero que indican trayectos que, según...
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