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Una carta para Santa… ó ¿una carta de Santa para mi?
Todavía recuerdo aquella noche buena, la mejor sin lugar a duda, en que sorprendentemente tuve la respuesta a aquella duda que todos tenemos a esa edad.
Pero que maleducada soy déjame presentarme mi nombre es Rachel Becker, tengo 32 años, soy jefa de mi propia empresa, estoy casada con el hombre de mi vida: Robert Bale un exitoso jefe de sucadena de restaurantes, y tengo unos gemelos: Daniel y Robert, y mi pequeña: Kathy. Y un dato más sobre mi: sigo creyendo en Santa, sí, nunca lo he dejado de hacer y créanme que después de lo que me sucedió jamás lo dejaré de hacer. Si, ya se lo que piensas, seguramente esta señora se esta bufando de mi, pues no, créeme soy sincera, y si no te gusta la fantasía entonces este no es tu libro, y siquieres cerrarlo esta bien, no me sentiré mal ni nada por el estilo. Si también piensas que estoy loca, quizá deberías seguir leyendo, pero si no crees en eso de que la locura es tonto, entonces ciérralo. Lo siento, supongo que te he espantando, perdóname esa no fue mi intención, solo quería decirte si en verdad este libro es para ti o no. Una cosa más está historia se la cuento a mis hijos cadanoche buena, y al parecer no se cansan de escucharla, además de que me encanta ver en su cara ese brillo que indica que sigues teniendo ese espíritu navideño, esa sonrisa cálida acompañada de una mirada crédula pero a la vez incrédula, espero que este efecto este en ti también cuando termines este libro.
Dicho esto me encantaría comenzar la historia:
Era noche buena de 1988, tenia 10 años, sí,lo recuerdo perfectamente, eran las 4 de las tarde y mis hermanos, John, Elizabeth, Jeff Jr., Tom y Casey y yo estábamos adornando la mesa por qué los abuelos iban a visitarnos este año, sería la mejor navidad. Mi padre Jeff estaba lavando los trastes junto con mi madre Katherine quienes tarareaban canciones navideñas. Era mi época favorita, pero yo comenzaba a dudar acerca de Santa, y mi hermanoJeff de 15, no ayudaba en nada, aunque muy en el fondo yo sabía que ese tonto seguía creyendo. En realidad todos seguiamos creyendo, seguiamos haciendo nuestras cartas a Santa, poniamos las botas en la chimenea, etc. Debo aclarar que después de Jeff, iba Tom de 13, luego yo, Casey de 8, John de 6 y por último estaba Elizabeth o Lizzie de 2 años.
Estabamos muy entretenidos, cuando de repenteTom, un niño de cabello castaño obscuro, blanco, de 1.60 m., con ojos azules, unos labios muy finos y una complexión muy delgada, subió corriendo a su cuarto.
-Qué raro, a dónde iría Tommy- preguntó mi madre, quien se acerco a Lizzie y la tomó en sus brazos. Mi madre era una mujer muy guapa, tenia el cabello rizado y color castaño obscuro, era una mujer muy alta de 1.75, tenía su cuerpo torneado ysus ojos era de una azul muy bonito, en sus ojos podías ver todas las cosas buenas de este mundo, cuando estabas triste esos ojos azules podían sacarte una sonrisa, sus labios, los cuales solo hablaban para decir buenas palabras, enseñanzas y los mejores te quiero de este mundo, era delgados y de un tono de rosa muy peculiar, eran como pastel pero a la vez se veían de un rosa muy fuertes, nuncaentendí cómo mi madre podía hacer ese efecto con sus labios.
- No lo se, cariño, seguramente fue por su regalo para los abuelos, cariño los abuelos están por llegar, dijeron que llegarían a las cinco y treinta, pero… - mi padre, el mejor hombre que he conocido, era un reloj total, todos los minutos los tenía ocupados, con nosotros, el trabajo, en ningún minuto él se quedaba sin hacer nada quehacer, tenía unos lindos ojos cafés, su simpático bigote junto con su cabello eran de un castaño claro muy fino. Labios gruesos, era muy alto 1.95, y un singular carácter, que hacia que todas las personas a su alrededor lo apreciaran.
- Amor –lo interrumpió mi madre, con su típica sonrisa de tranquilo, no va a pasar nada – calma, sabes que tus padres ni los míos no viven nada cerca de nuestra casa...