NAVIDAD

Nunca antes había estado sola para navidad.
Me hace sentir de una manera extraña estar sentada sola en mi habitación amueblada, con mi cabeza llena de fantasmas y la habitación llena de voces delpasado. Es un sentimiento que me ahoga, todas las navidades del pasado están volviendo en un loco revoltijo: la navidad infantil, con la casa llena de familiares, un árbol en la ventana, un budín conseis peñiques y el excitante ruido del calcetín en la oscura mañana; la navidad adolescente, con mi madre y mi padre, la guerra y el amargo frio y las cartas desde el extranjero; la primera navidadsiendo adulta, con un amante, la nieve y el encanto, vino tinto y besos, y la caminata en la oscuridad antes de la medianoche, con el suelo muy blanco y las estrellas brillando como diamantes en el cielonegro. Muchas navidades a lo largo de los años…
Y ahora, la navidad sola.
Pero no tan sola, me siento acompañada por toda las personas que también están solas, millones de ellas, del pasado y delpresente. Un sentimiento de que si cierro los ojos no va a haber ni pasado ni futuro, solo un presente infinito que es tiempo, que es todo lo que tenemos.
Sin importar cuán cínico o profano seas, tehace sentir raro estar solo en navidad.
Entonces, cuando el joven entra, siento un absurdo alivio. No hay nada romántico en eso- soy una mujer de casi cincuenta, maestra soltera, con cabello oscurosin vida y ojos miopes que alguna vez fueron hermosos. Él es un joven de veinte, vestido de manera bastante inusual, con una corbata suelta borra vino y una chaqueta de terciopelo negro, con rizoscastaños a los que no les vendría mal un corte. La delicadeza de su vestimenta contradice sus rasgos: pequeños ojos azules de mirada penetrante, y una nariz y mentón prominentes. No es que parezcafuerte. Su tez blanca esta finamente delineada sobre sus facciones sobresalientes.
El irrumpe en la habitación sin golpear, luego hace una pausa y dice:
-Lo siento, pensé que era mi habitación. –Hace...