Navidad
No obstante, el grupo de peregrinos al que pertenecíamos no estaba dispuesto a desistir de supropósito: pasar una Nochebuena en la ciudad de Belén.
Por complicaciones en los vuelos desde Roma llegamos a Jerusalén el 23 por la noche. La antigua Judea, con sus colinas de suaves declives y sus áridos y pedregosos valles, se preparaba para el oficio religioso más conmovedor del cristianismo: la misa de Nochebuena en la ciudad de Belén.
Es difícil expresar lo que se siente al llegar a Belén,cuya población es de algo menos de cuarenta mil habitantes, de los cuales cinco mil son cristianos. Estar aquí el 24 de diciembre es un privilegio indescriptible: el espíritu de la Navidad impregna cada rincón de esta milenaria y bella ciudad.
Decir que se percibe el aleteo de los ángeles en el Campo de los Pastores, o en la Gruta de la Natividad, o en el interior de la Iglesia de Santa Catalinaes apenas una imperfecta metáfora de las emociones intensas que se le atropellan a uno en el corazón. Si hay un lugar donde se aprende el significado profundo de la llegada del Salvador, es en este ámbito de fe y religiosidad donde cada piedra y cada colina parecen decirnos que escucharon el suave roce de las sandalias de Jesús el Galileo.
Belén es una ciudad palestina desde el acuerdo de 1994.Está a escasos once kilómetros de Jerusalén, que es la capital del Estado de Israel. Dos lugares sagrados incrustados en medio del conflicto interminable del Medio Oriente. Daniel Baremboim, el intelectual argentino judío que más hizo por reconciliar a los dos pueblos en el simbolismo de la música, declaró recientemente: “El conflicto entre Israel y Palestina no es un conflicto político. Es unconflicto humano. Es el conflicto entre dos pueblos que sienten el derecho de vivir en una misma tierra”. Y agregó contundente: “Tiene que haber una forma más inteligente de resolver esto que no sea con bombas y misiles”.
El 24 la tensión bélica se percibe creciente en las noticias televisivas habladas en hebreo o en árabe. La inminencia de una guerra se refleja en el preocupado rostro de laspersonas, sean judíos o árabes. Sin embargo, es tal el clima de de paz y amor que predomina en la víspera de Navidad, que uno se siente aislado del peligro, como formando parte de ese mundo milenario y mágico que describen los Evangelios y el Antiguo Testamento.
Los peregrinos pasean despreocupados, incluso de noche, por los callejones de Belén, uno de los pocos lugares seguros de Palestina.Impacientes esperamos la Misa de Gallo que se celebrará como hace siglos en la Iglesia de Santa Catalina. Los padres franciscanos, que tienen la custodia de Tierra Santa desde 1347, son los encargados de organizar la emotiva ceremonia.
Por razones de seguridad, y debido a la gran cantidad de peregrinos, debimos esperar durante varias horas bajo la llovizna y el frio hasta poder entrar en la basílica deSanta Catalina, adyacente a la Gruta de la Natividad. A las doce de la noche el rebato apasionado de las campanas de Belén indica que estamos en Navidad y que comienza la esperada Misa de la Nochebuena. Preside la imponente ceremonia el patriarca de Jerusalén, con la presencia de todos los obispos de Israel, prelados de otras iglesias cristianas, representantes de todos los credos, incluidos losjudíos no ortodoxos, y con la asistencia infaltable del mismísimo presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mohmed Abbas.
En los minutos previos se han escuchado en el templo todos los idiomas, se han contemplado exóticas vestimentas (como los uniformes de la Guardia Turca o los vistosos kimonos de peregrinas japonesas católicas), y se han observado todas las etnias y nacionalidades, clara...
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