Nazis En Argentina
Parece de leyenda, casi irreal, pero el cúmulo de sucesos, testimonios, pruebas, búsquedas e investigaciones fortifican hasta las versiones más inverosímiles. Jerarcas y oficiales nazis, criminales de guerra fugados de la Europa devastada, viviendo en la clandestinidad en estas tierras, una Patagonia apenas poblada. Adolf Eichmann, Eduard Roschmann, ErichPriebke o Heribert Heim, pueden resultar nombres nazis más que conocidos para la Patagonia. Pero cuanto más se indaga, más aparecen: Joseph Mengele, Albrecht Boehme y Erwin Fleiss, esta vez en el alto valle. y hasta una hipótesis con el arribo de submarinos y el propio Adolf Hitler. Una investigación como fantasmas de hechos todavía no aclarados del todo, los nazis aún caminan entre nosotros. Sí, entre nosotros los neuquinos, y no hablamos solamente de aquellas personas que apoyaron desde la zona al polémico partido nacionalsocialista, sino a verdaderos criminales de guerra, personas responsables de múltiples asesinatos y de algunas de las más horrendas torturas imaginadas por el hombre. ¿Cómo se vinculan semejantes asesinos con una región tan distante de Alemania y de la segunda guerra mundial? Simple, apoyados por el gobierno de Juan Domingo Perón, y en el marco de una compleja operación de inteligencia (y con un interés económico, por supuesto) soldados y jerarcas de las SS llegaron tras la segunda guerra mundial a la Patagonia, por entonces despoblada, para comenzar una nueva vida, en la mayoría de los casos con identidades y pasaportes falsos, extendidos principalmente por la Cruz Roja a través de Embajadas argentinas. En los Alpes patagónicos ¿Por qué elegir la Patagonia y no cualquier otra parte del globo? Porque el gobierno alemán, cuando cae Stalingrado y hay problemas en el Mediterráneo y en Italia, y la caída del Tercer Reich era algo previsible, comenzó a idear, a través de áreas de inteligencia en todo el mundo, un plan de fuga para losprincipales jerarcas del régimen nazi. Se pensó (y se buscó) un lugar muy difícil de encontrar y lo suficientemente alejado del conflicto bélico mundial: podía ser Mongolia, el Sahara o la Patagonia, siendo esta última opción la mejor concebida, debido a la baja densidad poblacional, a lo arraigada de la cultura germana por aquel entonces (de los pocos habitantes varios eran de habla alemana, y también había empresas radicadas en la zona), a la vasta extensión territorial y a la ya mencionada ayuda y protección a cambio de billetes del gobierno peronista. Todos estos condimentos hacían de nuestra Patagonia, en las décadas del 40 y del 50, el lugar ideal para vivir en la clandestinidad. Así, “nenes” como Adolf Eichmann, Eduard Roschmann, Erich Priebke o Aribert Heim se asentaron principalmente en la cordillera, ya que encontraron parecidos los paisajes de Bariloche y Villa La Angostura a los de los Alpes europeos. Eichmann, por ejemplo, fue uno de los criminales más buscados de la historia. Vivió en nuestro país bajo el nombre falso de Ricardo Klement. En 1956 fue descubierto en Bariloche en el contexto menos sospechoso: un concurso de filatelistas. Cuatro años más tarde, en mayo de 1960, agentes del servicio de seguridad israelita lo atraparon en Buenos Aires y lo llevaron a Jerusalén, donde fue enjuiciado por una corte de ese país. Aun durante el proceso judicial su cabeza tenía precio, a tal punto que declaró desde una cabina de cristal a prueba de balas. Fue acusado y condenado a muerte por 15 cargos contra la comunidad judía y crímenes contra la humanidad. El 1 de junio de 1962 fue ahorcado, siendo la única vez que Israel ha decretado una sentencia de muerte.
Festejo Nazi en Luna Park 1939
Eduard Roschmann fue durante la segunda guerra mundial capitán de las SS y comandante del tristemente célebre campo de exterminio de Riga, Letonia, donde fue responsable de la muerte de 40.000 judíos. Se hacía llamar Friedrich Wegner y las ...
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