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Ernesto Carmona Gómez
En estos días en que en México se ha declarado una reforma que cambia por completo uno de los pilares que daban viabilidad al proyecto que se consolido con la Constitución de 1910, me acordé de la escena de la película Cinema Paraíso en la que el proyectista, Alfredo, sentado en la cabinade proyección del cine, ciego a causa de un incendio previo provocado por la flamabilidad de los films escucha como a Totó le muestran las nuevas cintas antiinflamables. Alfredo, maltrecho por su ceguera y las cicatrices del incendio dice, entre resignado y melancólico “la tecnología siempre llega tarde”.
Este caso me hace pensar en la actitud de la izquierda frente a la reforma energética. Endicha coyuntura parece que la izquierda partidista no estuvo a la altura, ni hizo todo lo posible para frenar esa reforma. Enfrascados en su lucha interna, dejaron que el asunto se incendiara como la cabina del Cinema Paraíso, y hoy hacen llamados a la unidad, anuncian que ahora si trabajarán en conjunto para echar abajo la reforma, presentan una iniciativa de consulta, como le presentan a Totólas películas antiinflamables. Quienes los apoyan, melancólicos y maltrechos parecen decir “la unidad siempre llega tarde” y extrañan la fuerza de movilización mostrada en las elecciones de 2012, como Alfredo extraña su vista.
Aunque este panorama parece desalentador, también representa una oportunidad de reflexión y reacomodo, al igual que a Totó le abre la puerta el accidente de Alfredo paravolverse cineasta. Entre la sociedad se percibe una indignación por los modos autoritarios con que el PRI ha ejecutado la aprobación de la reforma energética. La ausencia de debate en los congresos locales, la aprobación fas track y eliminación de algunas demandas de la izquierda que originalmente estaban en la propuesta.
Entre los actores de izquierda que se declaran en shock podemos señalar lossiguientes: la izquierda partidista, representada por el PRD y MORENA principalmente. Los movimientos sociales son otro actor, en los que podríamos identificar colectivos estudiantiles, sindicatos, y ONG’s. Finalmente tenemos los movimientos guerrileros.
La izquierda partidista se había enfrascado por meses en una guerra de acusaciones en la que todos se llamaban de traidores, de esquizofrénicos,de radicales o de vendepatrias. Una vez que se ha consumado la reforma que parece haber dejado ciega a la izquierda llega el anuncio de trabajo unificado. Pero también la incredulidad de los que simpatizan con esa causa. Pues ya anteriormente Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador, dos de las figuras más importantes para la izquierda, habían anunciado que trabajarían juntos, para días más tardematizar, juntos pero no revueltos. Pues aunque anunciaron la unidad en la causa, cada uno convocó a acciones por su cuenta y no se les ha vuelto a ver juntos.
Es claro que la reforma energética para la izquierda partidista se convirtió en un mecanismo para medir fuerzas entre las diferentes corrientes que se aglutinan en torno a este espectro político. Más que mirar a los ciudadanos o enfrentarrealmente la reforma, la izquierda se concentró en una competencia por ver quien llenaba más veces el zócalo. Por eso cuando Carmen Aristegui, Lorenzo Meyer y Sergio Aguayo se preguntan ¿Dónde está la sociedad indignada por la reforma energética? Uno podría responderles: Cansada de llenar el zócalo, el monumento a la revolución o de hacer cercos al Senado para alimentar los padrones electorales deMorena o del PRD.
La otra parte de ciudadanos que se asumen de izquierda que no militan en ninguna organización partidista y que se declaran inconformes, lamentablemente están muy atomizados y su capacidad para articularse es casi nula. Desde el movimiento estudiantil #YoSoy132, la capacidad de movilización de esa mayoría indignada que se oponía abiertamente al regreso del PRI, fue duramente...
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