Negritud y feminismo. Arte popular brasileño
Eli Bartra
Departamento de Política y Cultura
DCSH, UAMX
La creatividad de un grupo de mujeres de Brasil es proyectada en el arte
popular que elaboran y el que plasman, destilado, lo que llevan a flor de piel
sobre política, ecología, negritud, género, clase social e identidad.
Palabra yoruba que significa “mi presente”, Abayomi es el
nombre de una asociación de mujeres negras con un
proyecto político entre las manos y que, además, de ellas
surgen muñecas de trapo negras sem cola u costura (sin
pegamento ni costura). Muñequitas de trapo se hacen por
millones en todo el planeta. Quizá no exista pueblo que no
las haya fabricado como juguete, y seguramente se han
hecho pensando en las niñas, para envidia de los niños.
Pero las muñecas Abayomi no nacen para que las niñas jueguen, se
contemplan nada más, son adornos, son arte popular. Ellas dicen que son:
“Hilachas y harapos animados por la imaginación de femeninos
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pares de manos”.
Artesana, educadora popular y militante del movimiento de mujeres negras de
Brasil, Lena Martins (1950), es quien inventó estas bonecas negras. La primera
que hizo fue en 1987 en el barrio Cidade de Deus, Río de Janeiro, pero el
proyecto colectivo Abayomi cuajó un año más tarde. La decisión de hacer
muñecas negras coincidió con la conmemoración del centenario de la abolición
de la esclavitud en Brasil (1988). El movimiento negro en ese momento tenía
mucha fuerza y condicionó el descubrimiento personal de Lena en tanto mujer
negra. Sin embargo, no se formalizó la asociación sino hasta 1994. Lena pasó
un año sola haciendo muñecas y perfeccionando la técnica porque las
primeras eran un montón de trapos sin gran valor estético antes de juntarse
1 http://www.abayomi.com.br/quem_somos.html (Traducción mía).
con algunas mujeres conocidas que vieron su trabajo y quedaron encantadas.
Entonces se pusieron a hacerlas pensando que podrían exportarlas. Esto no ha
sido realmente posible, no las exportan casi ni siquiera fuera de Río de Janeiro.
Lena nació en São Luiz en el estado de Maranhão, al norte del país, y migró a
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Río de Janeiro a los 8 años de edad por lo que es prácticamente carioca.
Estas muñecas tienen la particularidad de estar elaboradas, como decía, sin
pegamento y sin costuras, únicamente reciclando materiales de deshecho, con
una intención bien ecológica y sin utilizar máquinas, sólo las tijeras; se hacen a
base de nudos y enrollando las tiras de tela de diversos colores de forma totalmente manual. La única materia prima que se utiliza proviene de lo
desechado por las fábricas y el Carnaval. Se utiliza casi solamente algodón.
De las mujeres que empezaron quedan tres hoy en día
de las 18 que conforman la cooperativa. Algunas de ellas
son trapecistas y se fueron para dedicarse de lleno a ese
trabajo y sólo eventualmente colaboran con Abayomi,
sobre todo en los espectáculos y los juegos que
organizan. Las integrantes practican profesiones tan
diversas como las de maestra, psicóloga, actriz,
terapeuta o cirquera.
En esta asociación se dan cursos, talleres, se hacen exposiciones, se llevan a
cabo espectáculos callejeros. Sobre su espectáculo “O cortejo”, un integrante (Edmundo Pereira) escribe:
“En el canto, en el gesto, en el paso, guarda un pueblo,
expresa un pueblo su saber y su contar”. 3
Organizan un taller en el que cada participante elabora lo que llaman el bebé
Abayomi. Colocan en el suelo los retazos en mandala (círculo) y cada quien va
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Entrevista con Lena Martins en noviembre del 2004 en la sede de la Universidad del Estado ...
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