neoliberalismo
En las páginas que siguen me propongo plantear algunas reflexiones que pudieran contribuir como mimbres a urdir una política económica alternativa y de izquierdas a la que, de manera más o menos generalizada, están aplicando los gobiernos europeos en los últimos años.
Ésta es una reflexión muy difícil de encajar en pocas páginas porqueobliga a tomar en consideración perspectivas muy plurales y extraordinariamente complejas.
Las políticas neoliberales al uso, por ejemplo, han renunciado explícitamente a la creación de empleo, en aras de favorecer la recuperación del beneficio y aplicando para ello una estrategia deflacionista basada, entre otras cosas, en los altos tipos de interés y en el control del gasto, tal y como señalarécon detalle más abajo.
Sin embargo, esa estrategia ha sido necesaria, y al mismo tiempo ha sido posible, porque las economías han transitado en los últimos años por un auténtico cambio en la estructura del sistema productivo que ha ido acompañado de modificaciones sustanciales de las disponibilidades tecnológicas, de los regímenes institucionales, de la cobertura de losmercados, de lospropios valores sociales, de las formas de sociabilización, etc.
Eso quiere decir que la respuesta a una política neoliberal que genera desempleo no puede limitarse, desgraciadamente, a ser una inversión lineal en los objetivos o en la pura instrumentación de las decisiones. Seguramente, una política basada simplemente en dar la vuelta a la estrategia deflacionista mediante la relajación del gasto, ladisminución de los tipos de interés,..., pero que no tenga en cuenta esas otras circunstancias "generales", institucionales, medioambientales, sociales o sencillamente políticas, llevaría con toda probabilidad a un estrepitoso fracaso.
Soy consciente, pues, de que hablar de política económica alternativa al discurso neoliberal dominante requiere considerar un abanico de problemas contextuales muyimportantes: desde la propia comprensión de la naturaleza de las necesidades humanas a la reconversión de la base energética del planeta, pasando por la reforma global del orden institucional internacional, por el problema de la democracia, de la violencia y el poder...
Sin embargo, en este trabajo (o al menos a la altura en la que estamos de su redacción definitiva) voy a prescindir conscientementede plantear estos problemas contextuales con el detalle que seguramente hubiera sido necesario, dando por hecho que es preciso que "la alternativa" se inserte en una ecuación de cambio que trasciende el nivel de la inmediatez y lo puramente económico.
Aquí voy a centrarme fundamentalmente en un aspecto más concreto del asunto: el análisis de propuestas alternativas desde la izquierda en el ámbitode lo que convencionalmente se denomina "política macroeconómica". Esto es, el conjunto de decisiones relativas al funcionamiento global de la actividad económica adoptadas con el fin de influir no sólo sobre elcomportamiento de individuos, segmentos concretos o sectores de la actividad económica, sino sobre todos ellos de manera agregada.
Y, además, debo hacer este planteamiento más concretocon una restricción añadida. A la hora de plantear alternativas se puede caer fácilmente en dos errores bastante simétricos a los que debo hacer una breve mención a fuer de ser mal entendido.
Uno es el adoptar lo que podríamos llamar una actitud nominalista y limitarse a formular que los problemas de cualquier planteamiento alternativo se resuelven en el cambio radical de las condiciones en que seformula el problema. Yo sostendría sin dificultad que la solución a la insatisfacción y al dolor humano que provoca un sistema económico injusto y basado en la desigualdad sería instaurar una sociedad en donde hubiera quedado erradicada la explotación y la institucionalización de la injusticia, es decir, lo que convencionalmente podemos denominar una sociedad socialista. Pero, qué contribuye a...
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