Nestr

Páginas: 16 (3945 palabras) Publicado: 7 de octubre de 2010
El ahogado
[Cuento. Texto completo]
Baldomero Lillo
|Sebastián dejó el montón de redes sobre el cual estaba sentado y se acercó al barquichuelo. Una vez junto a él extrajo un remo |
|y lo colocó bajo la proa para facilitar el deslizamiento. En seguida se encaminó a la popa, apoyó en ella su espalda y empujó |
|vigorosamente. Sus pies desnudos se enterraron en la arena húmeda y elbotecillo, obedeciendo al impulso, resbaló sobre aquella|
|especie de riel con la ligereza de una pluma. Tres veces repitió la operación. |
|A la tercera recogió el remo y saltó a bordo del esquife que una ola había puesto a flote, empezó a cinglar con lentitud, |
|fijando delante de sí una mirada vaga, inexpresiva, como si soñase despierto.|
|Mas, aquella inconsciencia era sólo aparente. En su cerebro las ideas fulguraban como relámpagos. La visión del pasado surgía |
|en su espíritu, luminosa, clara y precisa. Ningún detalle quedaba en la sombra y algunos presentábanle una faz nueva hasta |
|entonces no sospechada. Poco a poco la luz se hacía en su espíritu y reconocía con amarguraque su candorosidad y buena fe eran|
|las únicas culpables de su desdicha. |
|El bote, que se deslizaba lentamente, impulsado por el rítmico vaivén del remo, doblaba en ese instante el pequeño promontorio |
|que separaba la minúscula caleta de la Ensenada de los Pescadores. Era una hermosa y fría mañanade julio. El sol muy inclinado|
|al septentrión, ascendía en un cielo azul de un brillo y suavidad de raso. Como hálito de fresca boca de mujer, su resplandor, |
|de una tibieza sutil, acariciaba oblicuamente, empañando con un vaho de tenue neblina el terso cristal de las aguas. En la |
|playa de la ensenada, las chalupas pescadoras descansaban en su lecho de arena ostentando la graciosa ycurva línea de sus |
|proas. Más allá, al abrigo de los vientos reinantes, estaba el caserío. Sebastián clavó con avidez los ojos sobre una pequeña |
|eminencia, donde se alzaba una rústica casita cuya techumbre de zinc y muros de ladrillos rojos acusaban en sus poseedores |
|cierto bienestar. En la puerta de la habitación apareció una blanca y esbelta figura de mujer. El pescador lacontempló un |
|instante, fruncido el ceño, hosca la mirada y, de pronto, con un brusco movimiento del remo torció el rumbo y navegó en línea |
|recta hacia el sur. Durante algún tiempo cingló con brioso esfuerzo; el barquichuelo parecía volar sobre la bruñida sabana |
|líquida y muy luego el promontorio, el caserío y la ensenada quedaron muy lejos, a muchos cables por la popa.Entonces, soltó |
|el remo y se sentó en uno de los bancos. Su actitud era meditabunda. En su rostro tostado que la rizada y oscura barba |
|encuadraba en un marco de ébano, brillaban los ojos de un color verde pálido con expresión inquieta y obsesionadora. Todo su |
|traje consistía en una vieja gorra marinera, un pantalón de pana y una rayada camiseta que modelaba su airoso busto llenode |
|vigor y juventud. |
|El bote, entregado a la corriente, derivaba a lo largo de la costa erizada de arrecifes, donde el suave oleaje se quebraba |
|blandamente. Sebastián, recogido en sí mismo, fijaba en aquellos parajes, para él tan familiares, una mirada de intensa ||melancolía. Y de pronto la vieja historia de sus amores surgió en su espíritu viva y palpitante, como si datara sólo de ayer. |
|Ella empezó cuando Magdalena era una chicuela débil, de aspecto enfermizo. Él, por el contrario, era ya crecido y su cuerpo |
|sano y membrudo tenía la fortaleza y flexibilidad de un mástil. El contacto diario de las comunes tareas había ido |...
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