Neurosis Obsesiva
Lo que el sujeto pone en un primer plano al articular la cadena significante es precisamente la carencia de ser, carencia a la que trata de sustraerse en un llamado al Otro que obturaría precisamente lo que es más imprescindible al sujeto, a cualquier sujeto: el deseo. Lo que ese Otro es llamado a colmar con lo que no tiene, --pues ese Otro, lugar de la palabra, tambiénimplica esa carencia--, es precisamente el amor, pero también el odio y la ignorancia.
Así pues, el deseo evoca la carencia de ser bajo tres presencias del vacío. Son las que constituyen el fondo de la demanda de amor, del odio que viene a negar el ser del otro y de lo indecible que se ignora en la petición al semejante.
Y por eso, clínicamente se advierte que cuando el Otro se entromete y en lugar delo que no tiene, atiborra al sujeto con la papilla asfixiante de lo que tiene, es decir confunde los cuidados (necesidad) con el don del amor (demanda) podemos encontrar tanto la anorexia mental como los efectos de este Otro sobre las pasiones del ser: el odio paga al amor, pero es la ignorancia la que no se perdona.
A nivel fenomenológico, lo observamos en la clínica con niños, cuando el niñoal negarse a satisfacer la demanda de la madre la obstaculiza con sus síntomas. ¿No exige acaso que la madre tenga un deseo fuera de él, porque es éste el camino que le falta hacia el deseo?. Y por otra parte, no advertimos lo que ocurre respecto a los amantes cuando uno trata de obturar la demanda con lo que tiene, en lugar de ofrecer lo que no tiene.
J. Lacan en el texto, La dirección de lacura, nos dice que para que surja el deseo, la necesidad tiene que pasar por los desfiladeros del significante. También nos aproxima conceptualmente a la consideración de que el deseo del hombre es el deseo del Otro y que es la dialéctica de la transferencia la que abre el lugar del Otro (otra escena) como lugar de la palabra.
Estas premisas son determinantes para entender que en el análisis seprogresa en contra de la identificación primaria, pues no se trata de la asunción por el sujeto de las insignias del otro, sino de encontrar la estructura constituyente del deseo mismo en la misma hiancia abierta por los efectos de los significantes que representan al Otro, pues la demanda del sujeto esta sujeta a esos significantes del Otro.
Es decir, Lacan parte de la premisa contraria a la posiciónde los postfreudianos que tenderían a una normativización del deseo y a su acoplamiento a la norma social, ignorando así el efecto de lo pulsional y la agresividad resultante de la realización fantasmatica que proporcionan esos "objetos milagrosos o prohibidos" destinados a relanzar el deseo mismo, de los que nos habla Freud desde laInterpretación de los sueños. Lacan desplaza el acento desde losefectos de extrañeza que produce la realización del fantasma hacia su atravesamiento, y en ese sentido es ejemplar el texto de Freud sobre la Acrópolis, que trabajó el otro día Amparo Ortega y donde se detiene Freud respecto a los elementos fundamentales que darían cuenta del final de la cura. Algo en Freud nunca fue analizado, lo que no es obstáculo para que sea a través de su enseñanza quepodamos orientarnos.
Por eso Lacan articulando el deseo en el lugar del Otro, puede decir desde una posición discursiva cuya gramática empezó a enunciar Freud: el deseo del sueño no es asumido por el sujeto. Un sueño es un sueño contado, transmitido vía significante y donde el anhelo se transmite en la enunciación misma del texto que escribe para el sujeto.
Es la ex - sistencia, que da cuenta dela distorsión en el sueño entre el contenido manifiesto y el contenido latente que diría Freud, del deseo en el sueño la que explica que la significancía del sueño enmascare en ella el deseo, mientras que su móvil se desvanece por ser solamente problemático.
Aquí, lacan nos recuerda en una nota del texto citado, de nuevo, su referencia a los psicoanalistas ingleses y su concepción del yo,...
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