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Páginas: 11 (2575 palabras)
Publicado: 31 de octubre de 2013
LOS DOCE: ELEGIDOS PARA SER ENVIADOS
A cuantos no permanecen fuera de su casa, ni de su corazón y son ya una muchedumbre, Jesús les descubre las leyes del reino (Mc 4, 3-34), utilizando la barca como cátedra (Mc 4, 1) y la parábola como medio de enseñanza (Mc 4, 2.34). Sin pasar por alto las dificultades, dando por supuesto resistencias venideras, el reino de Dios se impondrá de formairreversible: el optimismo de Jesús está fundado en su confianza en el poder de la palabra de Dios, semilla derrochada sí, insignificante incluso, pero germen ya de una vida que terminará por vencer. La serie de milagros que realiza Jesús a continuación (Mc 4,35 – 5,43), testigos privilegiados de los cuales serán los discípulos, confirma el poder con que Jesús instaura el reino sobre la naturaleza, seael mar tempestuoso (Mc 4,35-41) o la muerte de una niña (Mc 5, 35-43), entre personas necesitadas, fuera de Israel (Mc 5, 1-20) o entre sus hijos (Mc 5, 24-34).
A continuación, Jesús inicia una nueva etapa, retornando a su pueblo. En Nazaret sufre el menosprecio y la incomprensión. Pero el rechazo de sus paisanos (Mc 6, 1-6a) no le amilana; vuelve a los caminos de Galilea y a la predicación(Mc 6, 6b); no dejará ya de peregrinar ni dejará de cuidarse de cuantos le siguen; una más intensa dedicación al Reino no le impide concentrarse en la labor educativa de sus discípulos. Y toma una nueva, y decisiva, iniciativa: enviar a un grupo restringido en su lugar y con sus poderes.
1. La misión apostólica (Mc 6, 6-13)
La misión de los doce nace, pues, dentro de la misión de Jesús,prolongándola: de hecho les da todo su poder (Mc 6, 7) y unas estrictas normas de comportamiento (Mc 6, 8-11). Y como ya hay alguien que continúa su tarea, Jesús desaparece momentáneamente de la narración: nada tiene Marcos que contar sobre él, si no predica ni está acompañado de sus discípulos; hasta que no vuelvan sus enviados, Jesús abandona la escena (Mc 6, 19-29); mientras tanto, sus apóstolestoman su lugar y actúan según sus directrices. Son sus lugartenientes, si van donde les dijo y hacen lo que les mandó.
1.1. El texto
Rechazado en su patria chica (Mc 6, 1-6a). Jesús vuelve al camino y a la enseñanza (cf. Mc 6, 6b): a la increencia de sus vecinos responde predicando, esta vez, por las aldeas de los alrededores de Nazaret (Mc 6, 1.4). Y mientras ofrece a los alejadoscuanto despreciaron sus paisanos, le surge la idea de hacerse representar por un grupo que predique en su lugar y con su autoridad. A la cerrazón de sus compatriotas responde Jesús asociando a su quehacer personal a cuantos con él conviven; no se deja vencer por el fracaso: multiplica sus esfuerzos multiplicando por doce la entrega a su misión.
El relato es sumarial; no cuenta lo que uno quisierasaber, sino cuanto el autor cree imprescindible. Curiosa, por inexacta gramaticalmente, es la irrupción del estilo directo en Mc 6, 9; el rigor de las exigencias proviene de Jesús, cuya voz se deja sentir en directo. Los doce apóstoles harán lo que aprendieron de Jesús e incluso más; todavía no ha narrado Marcos que Jesús ungiera enfermos con aceite (Mc 6, 13). La obediencia del discípulo noes mimética: el apóstol que se mueve dentro de las normas recibidas, sabrá inventar lo que su Señor realmente le exige en cada momento.
6Y recorría las aldeas del contorno enseñando.
7Y llama a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, y les daba
poder sobre los espíritus impuros,
8y les ordenó que no tomaran nada para el camino, ni un bastón, ni pan,
ni zurrón, ni calderillaen la faja,
9.
10Y les dijo:
.
12Y yéndose predicaron la conversión, 13y echaban muchos demonios,
y ungían muchos enfermos con aceite y los curaban.
1.2. Una misión pesada como ‘comisión’
Antes de ser enviados, los doce han permanecido con Jesús como grupo estable (Mc 3, 13-19); junto a él ha aprendido los secretos del reino (Mc 4, 11.34) y experimentado su poder contra el...
A cuantos no permanecen fuera de su casa, ni de su corazón y son ya una muchedumbre, Jesús les descubre las leyes del reino (Mc 4, 3-34), utilizando la barca como cátedra (Mc 4, 1) y la parábola como medio de enseñanza (Mc 4, 2.34). Sin pasar por alto las dificultades, dando por supuesto resistencias venideras, el reino de Dios se impondrá de formairreversible: el optimismo de Jesús está fundado en su confianza en el poder de la palabra de Dios, semilla derrochada sí, insignificante incluso, pero germen ya de una vida que terminará por vencer. La serie de milagros que realiza Jesús a continuación (Mc 4,35 – 5,43), testigos privilegiados de los cuales serán los discípulos, confirma el poder con que Jesús instaura el reino sobre la naturaleza, seael mar tempestuoso (Mc 4,35-41) o la muerte de una niña (Mc 5, 35-43), entre personas necesitadas, fuera de Israel (Mc 5, 1-20) o entre sus hijos (Mc 5, 24-34).
A continuación, Jesús inicia una nueva etapa, retornando a su pueblo. En Nazaret sufre el menosprecio y la incomprensión. Pero el rechazo de sus paisanos (Mc 6, 1-6a) no le amilana; vuelve a los caminos de Galilea y a la predicación(Mc 6, 6b); no dejará ya de peregrinar ni dejará de cuidarse de cuantos le siguen; una más intensa dedicación al Reino no le impide concentrarse en la labor educativa de sus discípulos. Y toma una nueva, y decisiva, iniciativa: enviar a un grupo restringido en su lugar y con sus poderes.
1. La misión apostólica (Mc 6, 6-13)
La misión de los doce nace, pues, dentro de la misión de Jesús,prolongándola: de hecho les da todo su poder (Mc 6, 7) y unas estrictas normas de comportamiento (Mc 6, 8-11). Y como ya hay alguien que continúa su tarea, Jesús desaparece momentáneamente de la narración: nada tiene Marcos que contar sobre él, si no predica ni está acompañado de sus discípulos; hasta que no vuelvan sus enviados, Jesús abandona la escena (Mc 6, 19-29); mientras tanto, sus apóstolestoman su lugar y actúan según sus directrices. Son sus lugartenientes, si van donde les dijo y hacen lo que les mandó.
1.1. El texto
Rechazado en su patria chica (Mc 6, 1-6a). Jesús vuelve al camino y a la enseñanza (cf. Mc 6, 6b): a la increencia de sus vecinos responde predicando, esta vez, por las aldeas de los alrededores de Nazaret (Mc 6, 1.4). Y mientras ofrece a los alejadoscuanto despreciaron sus paisanos, le surge la idea de hacerse representar por un grupo que predique en su lugar y con su autoridad. A la cerrazón de sus compatriotas responde Jesús asociando a su quehacer personal a cuantos con él conviven; no se deja vencer por el fracaso: multiplica sus esfuerzos multiplicando por doce la entrega a su misión.
El relato es sumarial; no cuenta lo que uno quisierasaber, sino cuanto el autor cree imprescindible. Curiosa, por inexacta gramaticalmente, es la irrupción del estilo directo en Mc 6, 9; el rigor de las exigencias proviene de Jesús, cuya voz se deja sentir en directo. Los doce apóstoles harán lo que aprendieron de Jesús e incluso más; todavía no ha narrado Marcos que Jesús ungiera enfermos con aceite (Mc 6, 13). La obediencia del discípulo noes mimética: el apóstol que se mueve dentro de las normas recibidas, sabrá inventar lo que su Señor realmente le exige en cada momento.
6Y recorría las aldeas del contorno enseñando.
7Y llama a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, y les daba
poder sobre los espíritus impuros,
8y les ordenó que no tomaran nada para el camino, ni un bastón, ni pan,
ni zurrón, ni calderillaen la faja,
9.
10Y les dijo:
.
12Y yéndose predicaron la conversión, 13y echaban muchos demonios,
y ungían muchos enfermos con aceite y los curaban.
1.2. Una misión pesada como ‘comisión’
Antes de ser enviados, los doce han permanecido con Jesús como grupo estable (Mc 3, 13-19); junto a él ha aprendido los secretos del reino (Mc 4, 11.34) y experimentado su poder contra el...
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