Ni Arte Ni Cultura

En los siglos XVI Y XVII, la política económica que regía las relaciones  comerciales entre las potencias europeas y entre éstas y sus colonias era el mercantilismo, que establecía que la prosperidady poderío de una nación  se sustentaba en la cantidad de metales preciosos, oro y plata que ésta tuviera.

España se consolidó como una gran potencia que obtenía de sus colonias en América grandescantidades de oro y plata, razón por la cual poseía el monopolio del comercio con ellas y no les permitía intercambiar  productos con otras naciones europeas ni entre sí. El abundante flujo de metalespreciosos de América a Europa estimuló el comercio y provocó un excedente de metales que se usaba como moneda.

Durante casi todo el siglo XVIII el comercio  se mantuvo apegado a las políticasmercantilistas, y el oro siguió rigiendo las actividades comerciales entre Europa, Turquía,  Asia y América. Sin embargo, la creciente producción industrial que comenzó a circular en el mundo durante elsiglo XVIII obligó a las potencias industriales a buscar nuevos mercados y a considerar que el mercantilismo era un obstáculo para el crecimiento económico.

El desarrollo industrial requería degran cantidad de materias primas y de mercados en donde se pudieran vender los productos manufacturados, por lo que al extenderse la revolución Industrial a otros países, se inició la competencia poradquirir nuevas colonias  y por ejercer un creciente dominio territorial. Aunque en otras naciones también se llevó a cabo un desarrollo industrial importante, Inglaterra continuo a la cabeza cómopotencia industrial dominante.

El flujo de los metales hacia Europa, que se produjo con la explotación de las minas tanto en la Nueva España como en Perú, dio un nuevo impulso a la economía mundial. Losprincipales beneficiados fueron Inglaterra y Francia, que cambiaban a España y a Portugal sus productos manufacturados por la plata de sus colonias y reinvertían las ganancias en la producción de...