Ni Llanto Ni Carcajada

INTRODUCCIÓN
Este trabajo tiene como objetivo tratar de recorrer el camino que conduce, en nuestro país, del sainete al grotesco criollo, analizando si esta transformación esconde algo tan doloroso que lleva al autor de Giácomo a decir de sí mismo: -“Empecé a escribir porque me aturdía más el drama ajeno que el mío”-
Juan Carlos Ghiano ha expresado que “Discépolo hatrasfundido incisivamente los datos de la realidad argentina, en un momento de pérdida de las grandes esperanzas puestas en América, que había trampeado a los hombres que vinieron al nuevo mundo con alforjas inmensas de ilusiones.”
DESARROLLO
Discépolo, define al grotesco como: “El arte de llegar a lo cómico a través de lo trágico”. Viñas en el año 1989 diría, en una entrevista, que “En BuenosAires y la Argentina los deseos han sido mutilados sistemáticamente” (1). Ensamblando estos dos pensamientos podemos decir que lo grotesco nace de la desproporción. En el caso del grotesco criollo, sería la desproporción entre los sueños con que llegaron los inmigrantes y la terrible realidad con la que se encontraron. La ausencia del dinero necesario para una mínima subsistencia conllevó a fracasos,desamores, disolución familiar, corrupción, delito, miseria y humillación.
En el año 1876 se sancionó la Ley de Inmigración o Ley Avellaneda , con el fin de convertir al inmigrante en pequeño o mediano propietario de tierras rurales. Ante el fracaso de este proyecto, el extranjero se encontró con un clima pesado y asfixiante, una situación dolorosa e irreversible.
En medio de esteclima el teatro comienza a dejar de mostrar festivamente la vida del inmigrante, tal como se representa en el sainete y refleja con más ahínco la crisis social interiorizándola, mostrando así el fracaso del proyecto liberal. Por primera vez dejaremos de disfrutar el clima festivo de un espacio de entrecruzamiento como lo es el patio del conventillo, para adentrarnos en el dolor, acercarnos a lainteriorización de éste, la frustración del inmigrante en su pieza oscura, sin esperanza, con un clima pesado, donde todo se acumula.
Lo que en el sainete eran personajes estereotipados, alegres, caricaturizados, en el grotesco se metamorfoseará en patéticos fantoches, bestias, muñecos, hombres más parecidos a animales; todo esto reforzado con movimientos, patéticos y lenguajes precarios,media lengua cargada de términos vulgares y lunfardos. Personajes que “se dejan estar”, se desinteresan. Remitiéndonos a los textos observamos estos ejemplos en El organito, con la descripción del personaje Felipe cuando nos dice “Ríe su inútil dolor con risa gutural. Ha bebido. Su estado normal es de cansancio; pero es fuerte, ceñido. Tiene los ojos grandes, incoloros, inexpresivos, con ojerasverdes, y la boca abierta porque sufre de vegetaciones. Es ñato, lampiño, color paja, con un pozo en el centro del mentón; de cabello lacio, anémico, grasoso, rubio descolorido” (2), en He visto a Dios, Defilippis describe a Carmelo “Apoco entra Carmelo con la misma ropa del acto anterior, demacrado, encorvado, hosco. Pasa junto a Gaetano sin saludarle” (3). En Babilonia, Discépolo nos dice de José“está de espaldas. Se quita los lentes. No se sabe si se seca las lágrimas o se limpia…La idea fija desencaja su mandíbula y crispa sus manos” (4). En Giácomo vemos que el personaje “Viste ropa ajena. Bufanda exigua. Sonríe amable y temeroso. Mira poco de frente defendiendo su culpa. Tiene frío” (5). Todas estas descripciones, nos muestran características particulares de los personajes, modismospropios, formas de moverse y de dialogar distintas. Todo esto se contrapone con los textos de los sainetes. En ninguno de los tres estudiados en clase, Los disfrazados, Los óleos del chico o Tu cuna fue un conventillo, vemos una descripción puntual de los mismos, sino que nos encontramos con “tipos”: el "tano", el "gallego", el "turco", el "judío", el "compadrito orillero", las "percantas"....