Ni Un Centavo Mas Ni Un Centavo Menos
Ni un centavo más
ni un centavo menos
EDICIONES GRIJALBO, S. A.
BARCELONA - BUENOS AIRES - MÉXICO, D.F.
Título original
NOT A PENNY MORE, NOT A PENNY LESS
Traducido por
IRIS MENENDEZ
de la 1º edición de Doubleday &Company, Garden City,
N.Y., 1976
© 1976, JEFFREY ARCHER
© 1983, GRIJALBO, S.A. (Buenos Aires)
© 1984, EDICIONES GRIJALBO, S.A.
Déu i Mata, 98, Barcelona-29
Primera edición «Edibolsillo»
Reservados todos los derechos
ISBN: 84-253-1600-6
Depósito Legal; B. 10.607-1984
Impreso en Inelva, S.A.
Paseo de Carlos I, 142. Barcelona-13
A Mary
y a losGordos
Prólogo
JÓRG, espera A QUE lleguen 7 millones de dólares del Crédit Parisién a la cuenta Número Dos, alrededor de las seis de la tarde, hora continental, e inviértelos, por la noche, en bancos y firmas comerciales de primera clase. Si no es posible, inviértelos en el mercado nocturno del eurodólar. ¿Comprendido?
–Sí, Harvey.
–Invierte un millón en el Banco do Minas Gerais deRío de Janeiro, a nombre de Silverman y de Elliott. Cancela el préstamo del Barclays Bank de Lombard Street. ¿Comprendido?
–Sí, Harvey.
–Compra oro con dinero de mi cuenta de utilidades hasta 10 millones. Rétenlo hasta que vuelvas a recibir instrucciones. Trata de comprar en baja y no te apresures... sé paciente. ¿Comprendido?
–Sí, Harvey.
Harvey Metcalfe se dio cuenta de que el últimocomentario era innecesario. Jörg Birrer era uno de los banqueros más conservadores de Zurich y –lo que para Harvey era más importante– durante los últimos veinticinco años había demostrado ser uno de los más astutos.
–¿Podemos citarnos en Wimbledon el martes 25 de junio a las dos en punto, en la Cancha Central, en mi habitual localidad de abono?
–Sí, Harvey.
Volvió a poner el teléfono ensu lugar. Harvey jamás se despedía. No comprendía los refinamientos de la vida y ya era demasiado tarde para empezar a aprenderlos. Levantó otra vez el teléfono, marcó los siete números de The Lincoln Trust de Boston y solicitó que le pusieran en comunicación con su secretaria.
–¿Señorita Fish?
–Sí, señor.
–Busque el expediente de Prospecta Oil y destrúyalo. Destruya también toda lacorrespondencia relacionada con este asunto y no deje una sola huella. ¿Comprendido?
–Sí, señor.
Volvió a colgar.
En los últimos veinticinco años Harvey Metcalfe había impartido órdenes similares en tres ocasiones y la señorita Fish ya había aprendido a no plantear objeciones.
Harvey respiró profundamente, casi en un suspiro, un sereno suspiro de triunfo. Ahora era dueño de por lo menosunos 25 millones de dólares y nada podía detenerle. Abrió una botella de champaña Krug 1964, importada por Hedges Butler de Londres.
Lo bebió lentamente y encendió un puro Romeo y Julieta, que un italiano inmigrante le enviaba de contrabando desde Cuba una vez al mes, en cajas de doscientos cincuenta cigarros. Se reclinó para saborearlo mejor. En Boston, Massachusetts, eran las 12.20: casi lahora del almuerzo.
En Harley Street, en Bond Street, en Kings Road y en Magdalen College de Oxford, eran las 6.20. Cuatro hombres que se desconocían entre sí, comprobaron el precio de mercado de las acciones de Prospecta Oil en la última edición del hondón Evening Standard: 8,20 dólares.
Los cuatro eran ricos y abrigaban la esperanza de consolidar el éxito de sus carreras. Al día siguiente notendrían un centavo.
1
Siempre ha sido difícil hacer un millón legalmente. Hacerlo ilegalmente ha resultado algo más fácil. Pero lo más difícil es conservarlo cuando ya se tiene. Henryk Metelski era uno de esos tipos raros que había conseguido las tres cosas. Aunque el millón que hizo legalmente llegó después que el obtenido de forma ilegal, lo que le colocó a kilómetros de distancia...
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