Nicolas

Buenas noches.
Empiezo expresándole mis más sinceras felicitaciones en tan hermoso júbilo que generan este tipo de situaciones. Celebran ustedes en regocijo su segundo aniversario -y me imagino tandespampanante fiesta, algo común en él que suele disfrutarlo todo de ese modo-, mientras yo, yo estoy aquí en mi cuarto celebrando mi decimoprimer mes al lado de ese hombre que ahora mismo debeestar hablando con elocuencia y mentira sobre lo feliz que lo hace su matrimonio.
Después de dos años de casados espero que en usted siga habitando tan lúgubre y desapacible opinión sobre lo que es elmatrimonio, me ha dicho el, solo después de saciar su ser que usted tiende a pensar que el estar casados lleva inmediatamente a la fidelidad y que la fidelidad es poner todos sus sentidos sólo enaquella persona que lleva 24 meses aprendiendo a reconocer todos los recovecos de su alma y de su vida.
En este punto, donde mi alma es más libre y sincera me permito puntualizar algo sumamenteimportante. Yo no amo a su esposo, para mí, él es uno más de los que han pasado por mis sábanas, sólo me visita para verlo, desnudarlo, hacerlo gemir, sudar y luego con una sola mirada, pedirle que se vaya.Pensará usted que yo soy un prostituto o alguien que se dedica a los servicios sexuales, se equivoca, yo soy de esas personas que usted consulta cuando se siente enferma; si, yo soy médico. Pero adiferencia de usted, que se ha dejado invadir por la doble moral, he sabido a desligar muy bien mis placeres carnales de eso que llaman amor.
Yo no pretendo en lo absoluto arruinar tan hermoso ejemplode familia, sin embargo, quería darnos este regalo de aniversario, y le recuerdo que los dos celebramos el mismo día, le repito, yo no lo amo, no amo a nadie, me amo solo a mí, sí, soy egoísta en estesentido y mientras su marido le dice a usted que irá a verse con sus amigos, yo veo sentado en mis muebles de cuero como él se desnuda y me pide hacerlo mío, pero lo hago por y solo por mi propia...