Nietzsche la voluntad, la conciencia y la cultura

Nietzsche: la voluntad, la conciencia y la cultura

Ninguna perspectiva de la vida se construye sobre meras aspiraciones. Si las hay –las aspiraciones-, éstas se encuentran fuertemente vinculadas a un proceso práctico de crecimiento. A ninguna planta le bastaría la idea del sol para crecer, para vivir. Más allá de este carácter “idealista”, existe la imperiosa necesidad del acto real. La luzsolar llega y penetra a la planta, le inyecta vida o, por lo menos, vigor.
De la misma manera, nuestros actos están alentados por ideas y estructuras de ideas –o bien, estructuras idealistas- que se convierten en panoramas aspiracionales toda vez que sólo se nos presentan o sólo las permitimos actuar en nosotros como estadios idealistas, como fantasmagorías de nuestros miedos, nuestros anheloso nuestras desviaciones emocionales.
Sin embargo, el arraigarnos en la realidad, como la planta en la tierra, implica, necesariamente un acto de voluntad y de conciencia más contundente… a esto puede llamársele acto vital. No todos nuestros actos son vitales, estamos acostumbrados a vivir o padecer una inercia de actos no vitales, de actos tanáticos… Mecanizados y trivializados al punto de lacotidianidad.
¿Dónde comenzar para elaborar un nuevo testamento de actos vitales? ¿A quién recurrir para revisar alguna propuesta auténtica en torno a esta cuestión? Quizá Nietzsche sea el filósofo que nos permita, desde su pensamiento, su herencia, tener una primera nota reflexiva al respecto.
Según Larroyo, “En el desarrollo de las concepciones filosóficas de Nietzsche, hay que distinguirtres etapas: en la primera, el período romántico, influyen en él Schopenhauer y Wagner, y redacta obras de crítica histórico-filosófica (…). Harto de la civilización de su tiempo, experimenta cierto dejo de nostalgia por una vida de elevación y exaltación estéticas.
En la segunda etapa, su período positivo, se aleja del ideal romántico y considera al investigador como principal factor yconductor de la cultura humana (…).
En el último y más importante período de su producción, el llamado período zaratústrico, una admirable conciliación de pensamientos románticos y científicos, anuncia al fin un nuevo ideal de existencia humana, el superhombre, cuyo advenimiento sólo es posible por una trasmutación de todos los valores generalmente aceptados (…).” (Larroyo, 505)
Esta oportunacatalogación de su vida y su trabajo por etapas nos permite ver cómo, de acuerdo con ciertas necesidades históricas, estéticas y axiológicas, el pensar de Nietzsche se va encaminando paulatinamente por el filón que le da oportunidad de hablar sobre la vida como el eje central de su pensamiento.
Si vivir, para alcanzar el plano de la existencia, es tomar conciencia de la realidad, de la interacción entrenosotros y el mundo, este proceso no está completo si no se articula desde la voluntad. Esa capacidad de actuar, decidir, insertarnos en nuestra realidad para crear, cambiar, etc.
Según el panorama que nos da Larroyo sobre las etapas del pensamiento nietzscheano, es factible percibir la manera en que para este filósofo la conciencia sobre la realidad, teniendo a la voluntad como punto central de suteoría, fue adquiriendo relevancia; la síntesis entre su visión romántica y su visión positiva no sólo se antoja como una explicación pertinente a este respecto, sino como un factor que aclara y explica un tanto satisfactoriamente dicha conclusión. Si, por un lado, el pensamiento de la primera etapa se apoya en esta noción estética de la vida, donde dicho carácter, a su vez, alimenta esa necesidadtraducida en nostalgia por una forma de vida más elevada, y en la segunda etapa estamos ante el descubrimiento del quehacer inquisitivo humano que conduce la formación de la cultura desde esta perspectiva intelectiva, es dable concluir en que ambas líneas confluyen en un enfoque no únicamente equilibrado entre ambas cuestiones, sino también capaz de superarlas toda vez que se encamina hacia el...