Ninguna eternidad como la mia
En Ninguna eternidad como la mía, Ángeles Mastretta nos tralada al México posrevolucionario de la segunda década del siglo XX para narrarnos lahistoria de Isabel Arango, una joven que emigra a México D.F. para estudiar danza.Mastretta construye con maestría un personaje lleno de pasión por el amor y la vida; una adolescente en busca de laautenticidad en un escenario pleno de seducciones pero también de peligros; una época en la que los volcanes y los gallos aún estaban al alcance de nuestros sentidos. La danza, el amor y la ciudad: treselementos con los que la autora traza un amplio y fascinante relato en cuyo curso la escritura baila sin parar. Ninguna eternidad como la mía...
- ¿Adónde te vas cuando bailas como si te perdieras?-le preguntó Corzas a las tres de la mañana del sábado.
- A la gloria -dijo Isabel evocadora.
- ¿Y qué tienes conmigo?
- Todo.
- Qué terca eres, Isabel -dijo Corzas-. Déjame ir. Sálvate de mi.
-Métete aquí y no molestes -dijo Isabel llamándolo a la cama. Habían bebido de más y de más también se quisieron esa noche. Cuando por fin el cansancio los adormeció a uno en el otro, un gallo de pueblocantó en mitad de la ciudad y los pájaros empezaron su alboroto como si nada.
Isabel despertó por ahí de las doce con el sol picándole los ojos. Encontró vacío el otro lado de la cama. Se acurrucódiciéndose que Corzas había bajado a la calle por el periódico. Pero tras media hora de espera, un susto le picó el ceño. Se levantó de un salto y caminó hacia la mesa en que Corzas acostumbraba pasarhoras leyendo. Le soprendió un orden que no había el día anterior. No estaba el tiradero de libros y cuadernos de Corzas. En su lugar sólo había una caja de madera de olinalá. Isabel la abrió con máscuriosidad que aprensión. Dentro encontró un pañuelo de colores que le habían comprado a una gitana el día que les predijo largos años de amor y felicidad, dos servilletas en las que Corzas le...
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