Ninguna
NUEVAS RESPUESTAS PARA NUEVOS DESAFÍOS
UNA VISIÓN DESDE AMÉRICA LATINA
(Manila, 15 de septiembre de 2005)
Dr. J. Norberto SARACCO
Hace unos años visitó Buenos Aires un destacado teólogo europeo invitado para dar una serie de conferencias. Era una ocasión única para encontrarnos cara a cara y escuchar a uno de los más destacados pensadorescontemporáneos. Decidí aprovechar la oportunidad y también compartir la bendición con mis colegas de ministerio en la iglesia donde soy pastor. Así fue que asistí con un miembro de mi equipo pastoral. No puedo negar la emoción que sentía de poder llevar a uno de mis discípulos en el ministerio a participar de un acontecimiento tan especial. La conferencia fue brillante. Al salir del auditoriodecidí invitar a mi amigo a tomar un café para que pudiéramos conversar sobre la experiencia que acabábamos de vivir. Nos sentamos en la cafetería y me dispuse a escuchar lo que este joven aspirante a pastor había aprendido. Me miró casi con vergüenza y suavemente preguntó: Pastor ¿Para qué sirve esto?
No dudo que cualquiera de nosotros, profesionales de la teología, podríamos gastar varias horasexplicando a mi colega las bondades y utilidad del discurso que habíamos escuchado. Pero, lo cierto es que para él “no le servía”. Podemos argumentar, y con razón, que su pensamiento era simple y lineal. Que, de alguna manera, era utilitario, centrado en sus necesidades ministeriales inmediatas. Es cierto, pero también es cierto que “no le servia”.
Hemos venido a este lugar desde todos losrincones del mundo. Provenimos de distintas culturas, pertenecemos a diferentes familias confesionales y seguro asumimos diversas posturas teológicas. Sin embargo estoy seguro que compartimos dos sentimientos muy fuertes. Uno de frustración, porque vemos que la educación teológica está cada vez más alejada de la realidad que viven las iglesias. La tradicional desconfianza entre la iglesia y laeducación teológica se ha profundizado. Gran parte de las iglesias de hoy no tienen inconvenientes en ordenar al pastorado a candidatos sin ninguna educación teológica formal. El resultado es que hay millones de pastores que ejercitan su ministerio sin haber pasado por las aulas de un seminario. Por otro lado, también nos convoca un sentimiento de esperanza, porque cada vez son más los que desde lasiglesias y desde las instituciones de educación teológica tratan de cerrar esta brecha.
El planteo del problema no es nuevo. Desde los años 70’ se viene hablando del asunto en cuanta reunión de educadores teológicos hay. Lo que sí es nuevo es que todos sabemos que no puede pasar más tiempo sin que se resuelva este dilema. La antigua pregunta: ¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén?, hoy lacambiamos por: ¿Qué tiene que ver la educación teológica con la iglesia?
IGLESIA Y SOCIEDAD EN AMÉRICA LATINA HOY
Conocemos la anécdota de aquella persona que al pasar por la puerta de una iglesia vio un gran cartel que decía: “Jesucristo es la respuesta”. Movido por su curiosidad entró al templo y tímidamente le dijo al portero: disculpe ¿Cuál es la pregunta? Muchas veces desde lasinstituciones teológicas tratamos de ofrecer respuestas a preguntas que la iglesia no hace. Ofrecemos un producto terminado, los graduados de nuestros seminarios, para una iglesia que no existe.
En los últimos 25 años, la sociedad y las iglesias evangélicas latinoamericanas han cambiado profundamente. Sin entrar en un análisis a fondo de este fenómeno, pues no es el tema de esta presentación, soloquiero señalar algunos factores a tomar en cuenta.
LA SOCIEDAD CAMBIÓ
El proceso de migración del campo a la ciudad, urbanización, ha avanzado al punto tal de que más del 75% de la población latinoamericana vive hoy en grandes ciudades. Los cambios en las estructuras económicas y la centralización de los servicios y recursos en las ciudades (hospitales, escuelas, universidades, fábricas,...
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