Ninguno
De: Roberto Javier Rodríguez Santiago
Aunque poco vigente para los filósofos de la metafísica, René Descartes sigue siendo crucial en gnoseología, enesa inquietud tan cartesiana sobre el conocimiento y qué es, o como él diría, su certeza. Su metafísica solamente pretendía darle seguridad de que el problema del conocimiento ha desaparecido, o de queel rigor matemático, más que la certeza, mató la duda. Pero el problema del conocimiento, de qué es, no ha muerto. La crítica Kantiana nos lo ha puesto y expuesto, y desde entonces no se ha podidodar explicaciones o razones convincentes que saquen la duda de la ecuación filosófica. Hemos tenido, en cambio, exorcistas de la dicotomía Kantiana en los idealistas alemanes, en los positivistas yhasta en Marx.
Todos lanzando discursos, bellos discursos como Fichte, alquimias léxicas como Schelling, enmarañadas esoterías en Hegel, una utopía para llegar a la verdad con Marx. Todos ellosexorcistas de la dicotomía gnoseológica de Kant. Como no querían mirarla, debían cerrar los párpados y crear discursos. Pretendían resolver la dicotomía dando rodeos derredor con palabras, con metáforas quenos hagan ver el problema como si fuese una mancha en la servilleta. Y he aquí que casi nadie, salvo quizá Nietzsche, se ha atrevido a mirar seriamente a Kant, es decir su dualidad gnoseológica, suconclusión de que el yo, el sujeto, y el no-yo, el objeto, son polos cuya correlación no asegura un conocimiento del todo objetivo, es decir absoluto, o en otras palabras desvinculado de la mismafacultad intelectiva del sujeto y sus procedimientos.
A pesar de la consciencia que tengo de que la dicotomía Kantiana no se ha resuelto, no he de proponerme resolverla, pues dudo tenga las facultadespara tan complejísimo problema, mas sí suministraré ideas y reflexiones para intentar colaborar al respecto. Durante milenios, y todavía hoy en muchos aspectos, ha predominado, no solamente en...
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