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Tiene sentido, no es tan difícil imaginar que al escuchar la música de un genio abriremos de alguna manera un espacio nuevo en nuestras mentes para almacenar conocimientos. Lapopularización del efecto Mozart no requiere demasiados argumentos, sin embargo en la década de los noventa, los tenía. Había un estudio, conducido por la Universidad de California Irvine, que probaba queescuchar música de Mozart ayudaba a mejor las habilidades cognitivas de las personas. El problema con la publicación original del estudio es que se popularizo y sobre-interpretó; el “efecto Mozart” comotal, no se menciona, los participantes eran adultos y además no fue un estudio muy minucioso ya que solo contaba con 36 universitarios como participantes.
El experimento demostraba que estudiantesque escuchaban música de Mozart cumplían de mejor manera tareas donde tenían que imaginar formas y por unos 15 minutos después eran mejores en pruebas donde tenían que predecir la forma que tomaría unpapel doblado una vez desdoblado. Básicamente probando que el efecto rara vez duraba más de un cuarto de hora, no toda una vida.
De cualquier manera las personas empezaron a especular en cuanto aqué era exactamente en la música de Mozart que causaba este efecto. Siguiendo esa línea de investigación muchos estudios empezaron a comprobar que no era solamente la música de Mozart la que estimulabaal cerebro, sino también la de Schubert, y lecturas de novelas de Stephen King, sugiriendo que no era la música lo que estimulaba pero el interés y atención prestada.
La mayoría de los estudios...
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